1. No tienen problema con cambiar pañales constantemente. Antes esto era una “tarea de mujeres”, hoy en día son los hombres los que se encargan de limpiar a sus propios hijos. Incluso saben qué marcas y tallas existen en el mercado.

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2. Se hacen el tiempo para jugar con sus hijos y sorprenderse con ellos. A pesar del estrés diario y del trabajo, los hombres hoy en día se hacen tiempo para divertirse con sus hijos, no como obligación sino como placer. Para ellos es importante compartir tiempo de calidad con sus pequeños y crear lazos con ellos.

3. Cocinan (aunque sea arroz y pastas) para sus hijos, e incluso preparan su mezcla de leche. Los hombres ahora se preocupan por la alimentación de sus hijos y aprenden recetas para ellos. Son los primeros en investigar qué comidas son las que tienen más proteínas y vitaminas. Muchos incluso son mejores en la cocina que sus parejas.

4. Aprenden nuevos peinados para hacerle a sus hijas. Y sí, ellos son los estilitas preferidos de sus hijas, ya no solo saben hacer un moño, ahora tienen conocimientos de cómo hacer trenzas, media cola y diferentes peinados complicados. Incluso parecen tener un poder oculto que hace que sus hijas no sientan dolor al ser peinadas por ellos.

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5. No generan distancia con sus hijos: se preocupan de escucharlos e integrarlos. Son los primeros en intuir si algo anda mal y los que más se preocupan por investigar qué es lo que sucede con sus hijos. No solo conocen al ser que crearon, sino que también están pendientes de ellos y quieren crear lazos de amistad y confianza.

6. Pueden hacer de enfermero, lavandero, padre cariñoso y profesional a la vez. Son todo en uno, son los mejores amigos de sus hijos. Tienen la fórmula mágica para curarlos de una enfermedad, son los mejores compañeros de aventuras y las personas más sabias e inteligentes del planeta.

7. Les encanta programar tardes enteras dedicadas a los pequeños. Las tardes libres las usan para pasar tiempo con sus hijos porque es lo que más disfrutan en el mundo.