Los tres primeros meses del bebé son los más hermosos, pues, después de nueve largos meses, ya los tienes en tus brazos. Sin embargo, también es una etapa donde cometemos errores y vamos aprendiendo día a día con ellos.

Muchas hemos escuchado que ser mamá es una tarea muy difícil pero gratificante y Catherine Alford ha comprobado esto y compartió su experiencia en Huffington Post. Conoce las cinco cosas que nadie te dice sobre los tres primeros meses del bebé.

1. A veces, no se siente cómo que valga la pena

Llegará un momento en el que te preguntarás porque decidiste ser mamá en un principio. Probablemente será alrededor de las tres de la mañana. Estarás un poco aterrorizada porque estás cumpliendo con tu deber y alimentando a tu angelical bebé pero al mismo tiempo, no quieres alimentarlo realmente. Lo haces de todas formas, claro, porque eres su madre y es lo que debes hacer, pero estás casi enojada con toda la situación.

“De nuevo, ¿por qué hice esto?” te dirás a ti misma. En vez de concentrarte en los momentos para crear lazos como “se supone” que debes hacerlo, simplemente querrás estar en tu cama. Mejor aún, te gustaría estar con tu esposo tomando una piña colada. Al que le ponen un pequeño quitasol y la cereza. Y quizás, solo quizás, el barman le agregará unas cerezas extras.

Te diré esto: Está bien dejar que tu mente camine por esos senderos, extrañando lo que tenías. El recordar lo que una vez fue. La maternidad es una experiencia estremecedora y que altera tu vida, y sucede muy, muy rápido. Solo unas semanas antes, estabas toda elegante y disfrutando de “la última cita antes de ser padres,” y ahora han pasado días sin ducharte. Es una transición muy rápida y si tu mente decide deambular por ese sendero al amanecer, ten presente que estoy ahí contigo.

2. A nadie le afectarán sus llantos tanto como a ti

Eres la mamá y en algún giro interesante del destino biológico, serás más afectada por sus llantos que cualquier otra persona. Puede que tu esposo duerma y no lo note, que tu mamá te diga que no es para tanto y que tus amigos, de alguna forma, lograrán adaptarse a los llantos con tanta facilidad que te preguntarás qué diablos está mal en ti.

Te va a tomar un tiempo acostumbrarte, el escuchar ese sonido. Algo en ti te hace querer saltar en el momento y arreglarlo. Me sorprende constantemente que el monitor del bebé esté ahí mismo al lado de la oreja de mi marido, con el sonido de un bebé gritando, y que él pueda seguir durmiendo pacíficamente.

Mujeres, es ambos un desafío y un honor. Recuerden que hay algo dentro de ustedes que está íntimamente conectada a sus bebés donde sólo ustedes pueden realmente tener esa reacción instintiva para sus pequeñas súplicas de comida o cariño.

3. Sólo tendrás pesadillas

He estado teniendo este sueño extraño en el cual crep que dejé a mi bebé en mi cama y que necesitan de mi ayuda en otra parte. He despertado a mi esposo en la mitad de la noche diciéndole que el bebé estaba en la cama cuando no era así. He estirado mis manos en la cama a la mitad de la noche y toco la cabeza de mi perro pensando en que había dejado al bebé en la cama. Todo esto es injustificado puesto que mis hijos (tengo gemelos) han dormido en sus propias cunas desde el día en que llegaron a casa desde el hospital. Si duermes con ellos, puedes soñar otras cosas. Si tus bebés duermen en la cuna cerca de tu cama, es probable que sueñes que –por algún motivo– no están ahí.

Mi hija estuvo conectada a un monitor durante las primeras doce semanas de su vida. Durante un periodo particularmente malo, la alarma de su monitor se encendió mientras ella tomaba una siesta, y la sentí muy pálida y la vi respondiendo poco. Me tomó unos cinco segundos el gritar su nombre y darle golpecitos en sus piernas para que volviera en sí, y desde entonces sueño que su hermano pasa por algo parecido.

No te das cuenta que, una vez que te conviertes en mamá, todos tus sentidos se intensifican. Las cosas te afectan mucho más que lo que alguna vez lo han hecho. Te preocupas y preguntas si lo que estás haciendo está bien o si es suficiente o si los marcará por siempre. Te asegurarás de que estén respirando todo el tiempo. Los irás a ver cada cinco minutos luego de haberlos ido a ver la primera vez. He oído que estos miedos disminuyen, especialmente cuando ya tienes tu segundo o tercer hijo, pero solo puedo hablar de los primeros tres meses de maternidad por el momento.

4. Te sentirás como una idiota malagradecida

En medio de todas estas emociones – el extrañar tu antigua vida, desear que el bebé dejara de llorar y preguntarte como pudo llegar su caca a tus hombros, de todos los lugares posibles – recordarás que alguien, en algún lugar quiere ser mamá y no puede serlo. Alguien por ahí desearía ser tú, estar en tus zapatos. Alguien quiere levantarse a las tres de la mañana y a las cuatro y cinco y seis.

Es todo lo que quieren. Y ¿sabes qué?

Está bien sentirte mal agradecida cuando piensas en esas mujeres. Sin embargo recuerda que tus emociones también están justificadas. Tienes permitido tener una mezcla de sentimientos. Tienes permitido estar cansada. Y no tienes por qué disfrutar cada segundo de cada día de la maternidad. Cualquiera que diga lo contrario está mintiendo o ha sido madre primeriza hace tanto tiempo ya que ha olvidado como es. Es demasiado el tener que preocuparte por tu bebe y además preocuparte por no ser mal agradecida. Lo estás haciendo genial, y tienes permitido sentir lo que sea que sientas, sin importar lo pequeño que sea o lo equivocada que puedas verte a los ojos de los demás.

5. No querrás que esta etapa termine y, a la vez, lo único que querrás es que lo haga

Los pies de mi hijo se curvan un poquito. Es seguramente la cosa más adorable del mundo, aunque debo admitir que la referencia viene muy de cerca. Él estuvo en la posición trasera durante todo el embarazo y aparentemente estuvo sentado en una pequeña posición de yoga por semanas casi al final porque salió de la cesárea con sus piernas cruzadas y sus pequeños pies apuntándose entre ellos.

Cada día beso esos pequeños pies curvos, los que son menos curvos cada día con el paso del tiempo. Sé que debería querer que se enderecen de una vez ya que eventualmente este niño necesitará caminar. Pero al mismo tiempo, desearía que se queden así para siempre. Doblé toda su ropa de 0-3 meses y lloré, pero celebré cuando pudo dormir ocho horas seguidas por primera vez y me sentí como una persona y ya no como un vampiro.

Es muy confuso. Quieres que sigan siendo bebés para siempre pero también quieres que te sonrían y que luego gateen y que tomen más tiempo entre cada comida y que coman sus vegetales. Uno de estos días, vamos a desear que ya tengan su licencia de conducir para dejar de llevarlos a sus prácticas de baseball. ¡Oh, Dios mío! ¿Realmente acabo de escribir eso? ¡Imposible!

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