Lauren Martin, periodista de Elite Daily, escribió un artículo donde enumera las experiencias que espera que su hija (cuando la tenga) nunca tenga que pasar.

Ella explica que al pensar en traer a otra mujer al mundo siente mucho miedo por todo lo que ella deberá enfrentar a lo largo de su vida mientras crece. “Sé cómo se siente al ser condenada y degradada. Sé lo que se siente al tener el corazón roto en mil pedazos por un hombre que no valía la pena. Sé lo que se siente al estar en constante comparación con otras mujeres idealizadas”, explica.

“Quiero que mi hija se sienta fuerte e invencible. Quiero que esté orgullosa de sus defectos e imperfecciones y las lleve como insignias de la fuerza y la belleza que tiene. Quiero que observe más allá de las miradas y los juicios y encuentre un camino de autoaceptación. Quiero que ella nunca sienta el profundo dolor de la angustia o los juicios superficiales de sus compañeros. Yo quiero que vea más allá de los estereotipos”.

Esto es lo que NO quiero para ella

Que el hombre incorrecto le rompa el corazón.

La traición de un amigo que no era más que un enemigo.

La desesperanza de un mundo que no parece ser mejor.

La desesperación cuando los demás le digan que “no puede” muchas veces.

Los celos de personas que lo único que quieren es verla caer.

Ser menospreciada por una sociedad que sólo se preocupa por la apariencia.

El rechazo de los hombres que no entienden la profundidad y la belleza real.

La pérdida de la fe en un mundo que parece no mejorar.

El miedo a lo desconocido.

La envidia de las mujeres que no valen la pena.

Vergüenza de sus defectos.

Bullying de otros niños.

La decepción y traición de gente que se supone que debía protegerla.

La vergüenza de su cuerpo.

Incomodidad de los silbidos y “piropos” de hombres en la calle.

La desigualdad de género en su trabajo.

La culpa por cosas que no puede cambiar.

La ansiedad por las tensiones diarias de la vida.

Preocupación por gente que no la quiere.

Sentir que no es digna de todo lo que realmente se merece en la vida.