Esta es probablemente una de las frases que más temen los mujeres de hoy en día. Esas tres palabras son, en muchos casos el vaticinio de que algo malo se acerca.

El corazón se detiene por un momento para luego latir fuertemente, empiezan los sudores, en algunos casos hasta temblores y empiezas a recordar todo lo que ha pasado en tu relación desde que lo conociste hasta ese trágico momento.

En algunos casos las mujeres suelen ser evasivas y decir, “¿Tiene que ser ahora?”. Esta es una salida que no se debe tomar, porque si es una mala noticia es mejor que sea rápido, ¿para qué alargar la agonía y la incertidumbre de no saber?

¿Qué puedes hacer para salir airosa? Pues dile “Ok, vamos a hablar” y así, de entrada, lo desarmas porque es la única reacción que no espera. Si encima le pones una sonrisa tierna y le coges de la mano o algo similar, definitivamente no tendrá palabras.

Lo más fácil en estos casos y tomar el toro por las astas y hablar de lo que sea que él te proponga, sea bueno o malo, lo importante es saber escuchar y no alargar el proceso.