En muchos casos, la separación afectiva no es acompañada de una separación sexual. Muchos piensan que, si pueden seguir gozando el sexo tan intensamente como cuando convivían en pareja, y su ex mantiene la misma política, no debería haber nada malo con continuar la relación en su faceta sexual.

Hay parejas que han tenido el coraje de finalizar una relación que no los hacía sentir plenos. Esta decisión es un paso adelante al compararla con parejas que se mantienen juntas sólo por rutina o por su vida sexual, aún cuando el amor ya se haya perdido.

Pero a pesar de su separación no pueden todavía aceptar una vida sin el sexo que tanto disfrutaban junto a su ex. Sin embargo ¿Es realmente correcto mantener este tipo de actitud? La respuesta es no, esta relación a la larga es perjudicial para ambas partes.

Los especialistas afirman que a sus consultorios llegan personas que sostienen tener sexo con sus parejas hasta incluso después de tres años de separados. En estos casos, ambos miembros suelen mantener relaciones con terceros, pero no por ello dejan de tenerlas con sus ex. Lo que también sucede, señalan, es que exista un temor por parte de ambos de quedar solos, o bien de ver que su ex rehízo su vida.