1.- La vergüenza mata: La vergüenza no ayuda en lo absoluto. Ser una mujer acomplejada con tu cuerpo y no querer mostrarlo, lo único quelogrará es que tu hombre mire para el lado. Frases como “apaga la luz”, lo único que indican es tu inhibición frente a estos temas. Sé tú la primera en querer quien eres y lo que tienes.

2.- Extremista, te ríes o no hablas: El nerviosismo produce esa típica risa incómoda que jamás debe estar presente en un encuentro íntimo. Lo que uno menos quiere es que tu pareja se ría en los momentos íntimos. Pero como los extremos nunca son buenos, quedarte callada tampoco es atractivo. Los sonidos naturales son el mejor remedio para esta situación. Seguro que si comienzas a explorarlos, tu pareja notará el cambio.

3.- Nunca dices lo que te gusta: Si nunca has llegado al orgasmo es justamente porque no le has dicho las cosas que te gustan a tu pareja y eso frustra cualquier panorama. Encaminarlos es una excelente iniciativa de tu parte.

4.- No quieres innovar: Este punto puede ser crucial en tu desempeño. Cuando eres poco atrevida y haces lo mismo una y otra vez, seguro tus habilidades se van a ver disminuidas. Ten cuidado, eso sí, porque alguien que pregunta todo el tiempo qué nuevas cosas hacer en la intimidad puede ser un arma de doble filo.

5.- No tomas el control de la situación: Si tu pareja es siempre el que toma las decisiones de lo que pasa entre las sábanas, debes tomar las riendas del asunto. Si no es parte de ti tomar la iniciativa, te recomendamos ir de a poco, pero debes tener presente que esto ayuda a mejorar tu desempeño.