Aunque sentimos predilección por ellos, es verdad que en muchas ocasiones basta que hablen la boca para que salgamos corriendo. Y es que ¿las mujeres buscamos algo más que un físico? Por supuesto.

Ni los “hombres cruasán”, dícese de aquellos hombres tan musculados a quienes la cabeza se les queda pequeña y el exceso de músculo les limita la movilidad, ni los hombres que no tienen conversación, ni aquellos que van tan “arrepretados” que les cuesta hasta andar. Pero hay más.

Que sean más presumidos que nosotras: lo sentimos pero un exceso de metro sexualidad llega a ser insoportable. Sobre todo cuando les da por colonizar parte de tu tocador con sus potingues.

Que usen bañadores slip: serán perfectos para que no queden marcas, pero son muy antiestéticos.

Que lleven tanga: eso sí que no. Un hombre con tanga es para salir corriendo y no volver más.

En la cama con medias: es un error garrafal, imperdonable, que da por terminado cualquier encuentro íntimo.

Que usen camisetas imperio (como interior): es una manía de muchos hombres y que no entendemos por qué, pero que está claro que echa por tierra cualquier indicio de erotismo.

Qué se quejen en exceso por un simple resfrió: ¿por qué será que los hombres cada vez que se resfrían parece que se les acabe el mundo? Que sean quejosos nos molesta y mucho.

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