No pensaron que una confusión terminaría en una gran historia de . Tiffany y Collin se conocieron de una manera muy peculiar, gracias a sus autos, que eran idénticos y que por casualidad, los estacionaron el uno junto al otro en un supermercado en Florida (Estados Unidos).

Tiffany abrió su Jeep Cherokee blanco con la llave de contacto desde lejos y, de repente, se dio cuenta que un hombre se acercaba a su vehículo. Lo primero que pensó es que pretendía robarlo, pero vio que el desconocido estaba más preocupado por cargar sus compras que por llevarse el auto.

Es así que Tiffany se acercó y le dijo que ese era su coche, pero Collin se mostró incrédulo, de modo que ella abrió y cerró con la llave para demostrarle que decía la verdad. Aún así el joven se mostró confundido, pero después se dio cuenta que el suyo estaba estacionado al lado.

Una vez aclarada la situación, Tiffany bromeó diciéndole que podía dejar las bolsas en su auto; él, con una sonrisa, le dijo que “solo si le hacía una cena” con la que había en esas bolsas. Los dos se miraron y hubo un flechazo inevitable, y aunque esa noche no le invitó, sí intercambiaron sus números de teléfono y estuvieron escribiéndose por mensajes por dos semanas.

Y finalmente, la cena llegó quince días después del sorprendente encuentro. Luego de tres años, Tiffany y Collin sellaron su amor ante el altar con una emotiva ceremonia. Definitivamente una historia que parece sacada de una romántica película de .