Muchos hombres están casi obsesionados con el sexo anal, es como “la última frontera”, precisamente porque es tan “prohibido”.

Hay que tener cuidado de no hacer nada solo por complacerlo. Si el sexo anal es una práctica que está en contra de tus límites personales con respecto a la sexualidad, no deberías hacerlo.

Tu pareja debe comprender y respetar tus límite, especialmente en la cama y nadie tiene derecho a presionarte a hacer algo que no quieres hacer.

Si, por el contrario, compartes la curiosidad de explorar otras facetas de tu sexualidad, sigue las siguientes recomendaciones a la hora de practicarlo para que sea una experiencia placentera y segura para ambos:

-Compren condones y lubricante a base de agua en una farmacia. El ano no es sucio como tal, sencillamente contiene bacterias que pueden ser nocivas para otras partes del cuerpo.

-También el condón debe usarse por higiene, ya que las bacterias del ano, incluso materia fecal puede introducirse en la uretra y causarle una infección a tu pareja.

-Usen mucho lubricante, nunca es demasiado. Úsalo en el ano directamente, en el pene o en el dedo que vayas a introducir.

-Si van a experimentar introduciendo objetos en el ano, asegúrense que tengan un tope o desnivel, algo que los detenga de ser introducidos sin límite, ya que el recto produce un movimiento natural de succión, y si el objeto no tiene tope, puede “perderse” allá adentro y puedes terminar en el hospital.

-El ano y sus alrededores deben ser estimulados de previo con los dedos o la lengua para que se relaje el esfínter y facilite la penetración.

-Cuando vayas a iniciar la penetración, puja un poco, como que quisieras defecar. Esto ayuda a dilatar el esfínter y hacer más fácil la penetración.