La música evoluciona junto con nuestro gusto y nuestras experiencias. Es la cosa más importante de nuestras vidas y a la que constantemente podemos aferrarnos.

Así como el Cristianismo, el Islamismo, el Judaísmo o cualquier otra religión, nuestra elección musical es un indicador de quienes somos y en lo que creemos. Es cómo interpretamos al mundo y es un gran identificador de nuestras personalidades. Es también la razón por la que la gente con gustos musicales iguales se llevan tan bien.

Hay cientos de géneros musicales que tienen millones de fanáticos tan específicos y selectivos como las categorías mismas. Todo el mundo pertenece a una categoría distintiva con una idea específica que con quienes se sienten identificados.

No es sorpresa que aquellos con gustos musicales similares son más compatibles entre sí. ¿Has conocido alguna vez a alguien e inmediatamente le has preguntado sobre sus gustos musicales? Es aquel choque adrenalínico que llega cuando dos extraños llegan a hablar de un tema de interés común, un pulso idéntico que los recorre.

Es esta atracción instantánea que genera un vincula, y este vincula puede durar más de lo que dura un vincula asociado a cursos tomados o a equipos de futbol en común.

Peter Rentfrow y Samuel Gosling de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Texas, respectivamente, dirigieron un estudio para descubrir la importancia de la musica en nuestras relaciones. Al estudiar los patrones de conversación, los investigadores descubrieron que los individuos utilizan sus gustos musicales para enviar comunicación acerca de sus personalidades.

De acuerdo a investigaciones pasadas, Rentfrow y Golding descubrieron que “los individuos consideran que sus gustos musicales eran más reveladores de sus personalidad que sus gustos de libros, ropa, comida, películas, y programas de televisión.”

En su artículo de investigación llamado “El mensaje en una balada”, Rentfrow y Golding investigan los temas que surgen naturalmente entre los adultos jóvenes. Utilizando 60 participantes universitarios, los investigadores emparejaron a los estudiantes durante 6 semanas y les pidieron que se conocieran.

Al paso de las seis semanas, descubrieron que la música era uno de los temas más comúnmente hablado entre ellos. Y a medida que el periodo de las 6 semanas pasó, la conversación acerca de otros temas como películas, libros y deportes disminuyó mientras que el tema de la música siguió siendo relevante.

En el estudio de Rentfrow y Gosling, descubrieron también que la música transmite “mensajes consistentes y precisos acerca de sus personalidades”. También descubrieron que las características del gusto musical de una persona influencian las percepciones externas de esa persona.

Por lo tanto, si te gusta Pink Floyd y conoces a un fanatico de Led Zeppelin, probablemente se llevarán bien. Sin embargo, un fan de Metallica no se llevará bien con un fanático de Katy Perry, al menos a corto plazo.

Entonces, si vas a una fiesta y conoces a alguien a quien también le gusta tu banda favorita, no dejes que pase desapercibido para ti. Podría ser el comienzo de una hermosa relación.

Dice más de tu personalidad que cualquier otra cosa.

De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad Heriot-Watt, el género musical se correlaciona con nuestras personalidades. Sólo porque no les gusten exactamente las mismas bandas, si las bandas son de un género musical similar (por ejemplo, rock clásico, pop o jazz) habrá una conexión. A la gente que le gusta el rock clásico tiene un temperamento y personalidad mucho más diferente que aquellos a quienes les gusta el pop adolescente.

En un momento, la música nos dice acerca de otra persona más que cualquier otra cosa. Antes de pasar días o semanas con alguien, ya conoces aquellas importantes facetas de la personalidad que pueden o atraerte o sentirte rechazado porque no tiene que ver con los artistas que te gusten sino con lo que esos artistas dicen de ti.

La música es la única constante en nuestras vidas. Como la comida o el agua, nos alimentamos de ella a lo largo del día, todos los días. Está con nosotros en el metro, en el auto, mientras corremos, mientras caminamos o estamos sentados. Mientras sigamos vivos, podemos escuchar música.

Por esta razón, nos hemos vuelto extremadamente selectivos acerca de la música con la que nos identificamos. Descargamos sólo las canciones que sabemos que podremos escuchar repetidamente a lo largo de nuestros días.

Dada esta gigante selectividad, nos hace sentido que la música sea una forma de comunicación en sí misma. Según Rentfrow y Gosling, nueve de cada diez sitios de citas en línea les preguntaron a sus usuarios acerca de sus gustos musicales, indicando que la gente piensa que la música acarrea mucho de ellos mismos y le dirá a la otra persona todo lo que necesiten saber.

Cuando todo funciona mal, cuando los trabajos y el tiempo los comienzan a separar, siempre tendrán su música. Cuando sus vidas se vean sobrepasadas por los niños y el estrés de la vida misma, la música se mantendrá siempre como un recordatorio de aquel pulso rítmico que ambos comparten.

De la misma manera en la que eliges a una pareja por ser parte de la misma religión, el elegir a “el/la único/única” basado en el gusto musical puede ser igual de importante. La música, como la religión, es algo que se mantendrá con ustedes por el resto de sus vida y sólo se volverá más fuerte a medida que envejecen.

Dado que la música es también un indicador de tu personalidad y tus valores más importantes, si eliges a una pareja con quien no compartas ninguno de estos puntos, tu relación tiene muchas posibilidades de volverse complicada y limitada.

Al igual que negarte a convertirte a la religión de tu pareja, puede ser algo que sobrepase a la relación y la haga imposible de continuar.

En vez de pasar el tiempo juntos escuchando su música favorita, pasarán el tiempo distanciados o quejándose del otro por su “mal gusto musical”. Sin embargo, si comienzas una relación en la que compartan el mismo gusto musical, siempre tendrán ese aspecto que nunca pasará de moda para ustedes.