Hay ciertas frases, comentarios y actitudes que a las mujeres nos pueden molestar demasiado. Por eso, hombres, tengan cuidado de mencionarlas o hacerlas frente a nosotras porque no respondemos. He aquí algunas de ellas:

1. Que nos llamen “señora”

Para la mayoría de las mujeres, envejecer es un tremendo problema, porque a medida que los años pasan, nos cuesta asumir que ya no somos las veinteañeras que podían lucir bien su cuerpo y que gozaban de una piel tersa. Es por esto que odiamos escuchar que nos digan “señora”.

2. Los comentarios machistas

Que nos digan “para eso están las mujeres” o “eso es cosa de mujeres” es lo peor que podemos oír, porque nos hacen sentir menospreciadas, por lo que toda la furia de la feminista que llevamos dentro, se desata para defendernos.

3. Que critiquen nuestra manera de manejar

Ante una mala maniobra al volante, de inmediato escuchamos a un hombre decir “seguro es una mujer”. Ese comentario seguramente desatará la ira de las mujeres que estén cerca de él.

4. Eres bella, pero…

Empezar una frase así es un error fatal, pues da paso a que pensemos una infinidad de maneras de completar ese enunciado, como “eres bella pero… me gusta más tu hermana” o “preferiría que te maquillaras más”, etc.

5. Que se burlen de nuestros artistas favoritos

Todas tenemos una artista a la que admiramos y tratamos de imitar (una actriz, una estrella de rock, etc), y pobre del que se atreva a insultarla, porque esto puede hacer que las mujeres nos transformemos para defenderla “a capa y espada”.

6. Que nos acaricien para calmarnos

Es una pésima manera para tratar de consolarnos. Nos molesta porque ¡no somos mascotas! Es mejor si sólo nos abrazan y nos dan palabras de aliento, ¿o no, chicas?

7. Que se rían de las fotos de nuestra infancia

Todas pasamos por una mala época de niñas, cuando éramos gorditas, usábamos frenos o nos vestíamos sin estilo, y lo peor son las fotos que lo demuestran. Ya es una tortura verlas, ¡no hace falta que el resto se burle!

8. Que nos hagan callar

Este acto nos llena de rabia e impotencia, especialmente si lo hacen en público. Pero no crean que en realidad las mujeres nos sometemos y guardamos nuestras palabras; al contrario, ¡gritaremos más fuerte, si es necesario, lo que sentimos y pensamos!

TAGS RELACIONADOS