En California, el Centro de estudios Maritales y Sexuales de Long Beach determinó el asombroso récord de 134 orgasmos conseguidos en solo una hora en un estudio entre 751 personas.

Aunque tal cantidad puede incluso parecer dolorosa, experimentar la sensación repetida del orgasmo suele ser muy placentera, ya que el orgasmo es un alivio natural contra el dolor.

Lo hace llenando el cuerpo de una de sus hormonas favoritas, la oxitocina, también llamada la hormona del placer, que liberamos también ante otros impulsos que nos generan sensaciones agradables, como con alguna comida o al escuchar alguna música.

Hay dos maneras de experimentar esta radical sensación. Por una parte, existen los orgasmos secuenciales, que se dan cuando los separan entre dos y 10 minutos.

Los orgasmos en serie, por su parte, se experimentan uno tras otro en una sucesión. En el primer caso, normalmente diferentes coitos producen sus propios orgasmos pero cuando se trata de una sucesión de orgasmos en serie, se trata de una celebración del mismo coito repetidamente.

Sin embargo, es algo habitual que la sensibilidad en la zona genital sea tan extrema, que muchas mujeres prefieran no tener contacto alguno cuando han llegado el orgasmo. Incluso en estos casos, es posible la capacidad multiorgásmica, ya que el mismo riego de la sangre puede generar un nuevo orgasmo.

Algunas actividades pueden mejorar esta asombrosa capacidad, como por ejemplo los llamados ejercicios Kegel, que proponen unas contracciones de los músculos pubocoxígeos y que fortalecen la zona pélvica.

Esto aumenta la respuesta orgásmica, que muchas mujeres encuentran en mayor medida también gracias al sexo oral o excitando sus zonas más sensibles tras el primer orgasmo. Brandon Páramo