¿Mil sapos fueron besados y ninguno abandonó su vestimenta de batracio? Habrá que hallar calma en medio de la desesperación. ¿Acaso no fue Thomas Edison quien dijo “No fracasé, solo descubrí 999 formas de no hacer una bombilla”? Y se hizo la luz.

El amor no nace de un instante a otro: crece y se desarrolla con el tiempo. Y si el príncipe se convierte en sapo o el sapo jamás se transforma en príncipe, será cuestión de seguir probando. Porque lo que no mata, fortalece.

Pero tampoco es la idea ir por el mundo tratando de transformar a las personas en lo que nosotras esperamos. Si bien es cierto que nadie es perfecto, todas queremos encontrar a una persona que sea el indicado para nosotras.

Reconociendo al hombre ideal

Hay un hombre perfecto para cada doncella, y es aquel que la hace feliz. Para hallarlo, es fundamental tomar consciencia de las cualidades y aspectos buscados en el otro, así como de aquello que se considera no negociable.