En el orgasmo femenino, el área localizada de vasodilatación vulvar y vaginal, se contrae con fuerza y a intervalos regulares. La duración y el número de contracciones varían de una mujer a otra y en cada relación sexual.

El clítoris es el órgano que está preparado fisiológicamente para desencadenar la respuesta orgásmica, por lo tanto, su estimulación por el coito, manual, vibradores, etc., o el simple roce, genera sensaciones placenteras.

Muchas mujeres describen la salida de fluidos del introito vaginal cuando se aproximan al orgasmo, incrementando el placer sexual.

La secreción puede confundirse con la salida de orina, lo que puede llevar a cortar la respuesta orgásmica por sentir vergüenza o por no entender qué está pasando. Se la denomina Eyaculación Femenina.

Ahora bien: ¿Es una verdadera eyaculación? ¿De dónde proviene la secreción?

Se sabe que entre un 10 a un 80 % de las mujeres puede liberar un líquido similar al prostático cuando se acercan al orgasmo. Las secreciones provienen de las

“Glándulas de Skene” o “próstata femenina”, que se localizan muy cerca de la uretra (el orificio por donde sale la orina) y vierten su contenido al introito vaginal. El líquido que secretan es una mezcla de fructosa, glucosa, antígeno prostático específico (PSA) y fosfatasa ácida prostática. No es orina.

El volumen de líquido varía, pero lo habitual es que se libere entre 3 a 20 ml, levemente viscoso, claro o blanquecino, dependiendo de la cantidad de fructosa.

La emisión eyaculatoria es una respuesta fisiológica normal, sin embargo muchas mujeres creen que van a orinar e inhiben el orgasmo. Al contraerse los músculos del periné y los perivaginales “exprimen” las glándulas de Skene, dejando que el líquido salga al exterior por los conductos que desembocan a cada lado de la uretra.