Muchos problemas sexuales pueden resolverse sabiendo más sobre una misma, explorándonos, conociéndonos y descubriendo solas cómo funcionamos y qué necesitamos para despertar la respuesta sexual.

No mostrar nuestras ganas

Esperar siempre a que nuestra pareja tome la iniciativa de tener sexo puede hacerle pensar que no estamos interesadas, y ello puede contribuir a que nuestra vida sexual se vaya a pique.

No decir cómo

Los hombres no son adivinos, muchas mujeres esperan que su pareja las satisfaga, pero no le dicen de qué manera. Al no decir qué deseas, dejas en él toda la responsabilidad de tu placer, y ésa es una carga muy pesada.

Ser pasivas

Muchas mujeres suelen ser muy pasivas en la cama, se acuestan y esperan que él haga todo. Esto se vuelve complicado.

Tener miedo a mostrarse seductoras

Los hombres son muy visuales: para ellos es muy excitante ver a su pareja hacer un striptease o tocándose. No se trata sólo de usar lencería o ropa sexy, sino de ser sexys y eróticas, de insinuar que los desean.

No querer probar cosas nuevas

Muchas mujeres se sienten inseguras y ansiosas cuando su pareja le propone agregar cosas nuevas a la relación; piensan que si desea utilizar accesorios es porque ya no la desea como antes, pero no es así.

Enojarte si se duerme luego del encuentro sexual

Que ellos se queden medio dormidos después de hacer el amor no significa que no nos quieran. Las investigaciones han demostrado que durante la eyaculación, los hombres liberan un cóctel de compuestos químicos cerebrales, entre los que se incluyen: la prolactina, que dado que se relaciona con el sueño.