Genitales. Tal vez no lo sepas pero las terminaciones nerviosas de los pliegues de los testículos los estimulan y excitan mur rápido. Para que la sensación sea intensa acaricia de forma delicada en círculos esta zona.

Pectorales. Así como nuestros pechos son una parte muy erógena, para ellos también. Y sus pezones son muy sensibles al contacto. Toca con sensualidad sus pechos con admiración, como si nunca hubieras visto uno igual.

Sexo con sabor. Atrévete a jugar un poco y échale un poco de chocolate y lámelo despacio con tu lengua. Primero pregúntale porque hay algunos hombres que no les hace mucha gracia.

Baila sobre él. Pon tu cuerpo sobre el suyo y muévete encima de él con una música suave de fondo. Deja que él te toque mientras lo haces.

Aráñalo. Ojo, no te conviertas en una gata, no se trata de hacerlo con brusquedad, más bien debes hacerlo de forma suave, que sienta tu placer y que lo que él hace te gusta.

En cuatro. Laura Beltrán, sexóloga y colaboradora para la revista Cosmopolitan, aconseja reinventar la popular postura de “El perrito”. Ponte en cuatro pero esta vez agacha el torso hasta que tu cabeza se apoye de alguno de tus brazos.

Sexo oral. Esta es una de las prácticas que más les gusta, incluso pueden llegar al climax sólo con este estímulo. Sorpréndelo en un momento que no lo espere.

No usar brasiere. Deja que tu vestido resalte tus atributos femeninos. En una tarde de domingo. Nada más sexy que él pueda acariciar tu espalda debajo de tu blusa y encontrarse con un obstáculo menos.