Cada mujer sabe lo que prefiere y no durante el sexo. Pero es común reconocer algunas cosas que las hace querer desaparecer de la escena. ¿Cuáles son los principales motivos por los cuáles un hombre no tiene lugar para una segunda oportunidad o puede llegar a poner en riesgo una relación? Las causas pueden ser estas:

No prefiere realizar el juego previo: Si un hombre no le da importancia a este hecho, no sabrá identificar los puntos de placer, tal es el caso de las zonas erógenas.

No ser cuidadoso con la higiene: No siempre a las mujeres les gusta hacer el amor cuando la pareja llega recién del “fútbol con amigos” o del gimnasio. Incluso si es una persona descuidada con su físico, como tener la barba descuidada, mal aliento y ropa interior que resulta “impresentable”: la imagen puede incentivar o no al momento.

Rehusarse a usar protección: Quedan descartados aquellos que se niegan a usar preservativos e intentan cambiar el hecho con frases como: “vas a ver que rindo mejor” o “yo te aviso”.

Cuando pretende tomar el mando en todo: La fuerza y la dirección de las manos del hombre son algo fundamental. Si bien sirve como una guía para la mujer, molesta que insistan con ir hacia donde ella se niega o resiste.

No ser capaz de controlar los tiempos de eyaculación: Hasta quien sufre de eyaculación precoz puede medir el juego y el estímulo para que no todo dure unos pocos minutos. En este hecho si existe un perdedor, es el hombre. Siendo capaz de solo preocuparse por “finalizar” su juego y se olvida de que hay alguien más en la cama. Incluso tampoco se perdona cuando en la etapa del post sexo: quedarse dormido rápidamente, haga evaluaciones, compare experiencias o pida puntajes de rendimientos.

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