“Te escribo esta carta para decirte que te perdono. Y de verdad estoy muy feliz de que hayas encontrado a alguien nuevo. Espero que ella sea todo lo que quieres y que pediste. Y te deseo la mejor de las suertes en tus futuros esfuerzos. No sabes esto, pero te estoy agradecida y te explico por qué:”

“Después de este tiempo, ya no me pregunto más por qué, porque ya sé. Ahora sé exactamente por qué. Sí, hubo momentos en los que me sentía tan enojada por herirme de la forma en la que lo hiciste.”

NO TE PIERDAS: Una carta para la ex de mi novio, gracias

“Pero ahora soy más inteligente, sé que si te guardo rencor, te doy poder, y ya tomaste mucho de mí. Sé que si no te perdono, nunca podría encontrar a alguien más.”

“Por más que me heriste, que me sentiste sentir insignificante y pequeña, espero que algún día venga alguien que no me haga sentir así. Viendo atrás, la peor cosa que me hirió fue permitirte que lo hicieras, que me hirieras. Estaba ciega. Cuando veía que le prestabas más atención a otras chicas, yo estaba ciega. Cuando ignorabas mis mensajes de texto que te preguntaban qué tal iba tu día, yo estaba ciega.”

“Cuando solo pasabas tiempo conmigo cuando te convenía, yo estaba ciega. Cuando me criticabas a cada segundo y me herías, yo estaba ciega. Cuando te llamaba y te decía hola y no respondías nada, yo estaba ciega.”

PUEDES VER: Carta para el próximo hombre que ame a mi Ex

“Ese precio que pagué fue la negación. Estuve ciega por todo un semestre. Jugaste tu juego muy bien.”

“Pero terminé ese juego una noche antes de mi examen final de biología, cuando de la nada me dijiste que algo había cambiado. Y sabía exactamente lo que había cambiado. Esa noche, con el aire frío de diciembre, escuché tus razones.”

“Pero me tomó escuchar una oración de tus labios, para finalmente poder abrir los ojos. En un segundo cambiaste todo lo que sentía por ti. Mientras hablabas, no podía siquiera mirarte. Y cuando me abrazaste porque te sentías culpable, me separé y caminé lejos de ti, sin voltear atrás.”

“No creí que fuera posible que alguien me lastimara de la manera en que tú lo hiciste. Porque eras lo suficientemente inteligente como para saber que los buenos momentos superan a los malos. Y sí, cuando tuvimos buenos momentos, eran los mejores.”

PUEDES VER: Para la chica que se quedó con el hombre de mi vida*

“Tengo caballeros en mi vida que me enseñaron mejor. Si tu hubieras sido uno de ellos, me habrías mirado a los ojos y me habrías dicho, tarde o temprano que yo no era lo que tú querías.”

“Me hubieras dado un straight directo, pero en el proceso te habría tenido más respeto. Aun así, te perdono. ¿Por qué te perdono? Porque eres un chico de 20 años. Un niño. No un hombre. Y fue mi error dejar que jugaras conmigo.”

“Al final no fuiste un error. Fuiste una lección que aprendí, así que te doy las gracias por eso y por lo que aprendí, pese al dolor que experimenté. Y es que la vida es un proceso de aprendizaje. Cometemos errores y aprendemos.”

“Aprendí de ti. Aprendí de una manera dura, pero aprendí. Y nunca jamás volveré a permitir que alguien me trate como tú lo hiciste. Ahora sé que esto no tuvo nada que ver conmigo y sí todo que ver contigo. Porque una vez alguien que amaste te hirió y no puedo culparte por eso.”

“Tengo buenos recuerdos de ti y elijo recordarte de esa manera, así como elegí perdonarte. Y sí, he encontrado que los buenos momentos vienen tras los malos y que el perdón es mayor que el dolor. Ya no siento nada.”

Fuente: ActitudFem con traducción del texto: thoughtcatalog.com