Antes de llegar a ese paso hay que desmenuzar por qué nos gusta. Sí, el sexo es genial, pero se queda en nuestro lado salvaje y nuestra faceta romántica busca más intimidad.

Ésta la conseguimos acostándonos a lado de nuestra pareja y fusionando nuestro cuerpo con el suyo en un enorme y cálido abrazo. No cabe duda que se crea un enlace emocional.

Ahora bien, ¿a ellos les gusta acurrucarse después del sexo?

Hablando de forma puramente biológica a las mujeres les gusta acurrucarse porque liberan una hormona romántica (oxitocina), mientras que después del orgasmo los hombres liberan prolactina, la hormona que les provoca sueño.

Les gusta acurrucarse, pero no siempre. Para ellos acurrucarse con una chica es un momento íntimo que rompe con el sexo como tal y, por lo tanto, sólo debe ser reservado para una relación seria. Si se trata de un ‘affaire’ pasajero no lo harán.

Nunca al principio de la relación. Para ellos pasar de haber tenido sexo a “tener intimidad” es algo que lleva tiempo y necesitan sentirse cómodos con la chica con la que lo hacen.

Algo que tenemos que tener claro es que no es cómodo acurrucarse justo después del orgasmo. El chico necesita aire, relajarse y que se le baje el calor. Así que dale unos minutos.