La vida sexual no se acaba a los 30. Y es que a dicha edad es cuando se producen cambios a nivel hormonal y la testosterona tiene relevancia química, lo que se nota en el deseo sexual.

Es justo a los 30 cuando es más fácil saber lo que queremos y cómo conseguirlo, olvidándonos de pretextos que nos impiden disfrutar al máximo.

Perfección. Disfruta cada momento del encuentro sexual, tanto el juego previo, como el coito y el clímax. Busca la plenitud no sólo física, sino también psicológica.

Exige. Llegó la hora de pedir, apropiarnos de nuestro cuerpo y exigir lo que queremos sentir.

Respetar. Ya sabes bien lo que te gusta y no te gusta, así que no hay motivos para permitir que te hagan cosas que no quieres sentir.

¡Pregunta! Somos adultos y es hora de hablar. Mejora tus orgasmos con información.