Ningún hombre confesará a su novia que se acuerda de sus aniversarios solo de casualidad. Ningún hombre confesará a su novia lo lindas que son sus compañeras de estudio. Ningún hombre confesará que tiene “miedo” de usar un taladro.

Veamos algunos de esos asuntos que nunca te confesarán.

Que miran a otras mujeres. Es bueno que tu novio no te diga que otra mujer es atractiva, pues quiere evitar que te enojes y que te venga un ataque de celos. Pero así como nuestros ojos “se van” cuando vemos a un hombre atractivo, es natural que los hombres también miren a otras mujeres. Aceptémoslo: los ojos están para mirar.

Que se olvidan del aniversario. Muchos hombres no tienen memoria para las ocasiones especiales de la pareja. Si tu novio se olvida que cumplen un nuevo aniversario, no lo culpes: parece que está en la naturaleza masculina, y obviamente, él nunca lo admitirá.

Que a veces no te escuchan. Ni te gastes en contarle a tu novio con lujo de detalles y con toda la emoción del mundo un chisme que te contó tu mejor amiga porque, por más que asienta con la cabeza o finja estar escuchando, en realidad no está siguiendo la conversación. Y esto no lo hace porque no te quiera o no le importe sino porque es hombre; tienen otras cosas en su mente y no está tan interesado en lo que a ti te da tanta ansiedad contar.

Que habla de mujeres con sus amigos. Los hombres también comparten sus intimidades con sus amigos. Si descubres que tu novio le ha contado ciertos detalles de la pareja a sus amigos, no te pongas furiosa… ¿Acaso tú no le cuentas todo con lujo de detalles a tus mejores amigas? Están a mano.

Que se quedan dormidos delante del televisor. Está en la sala mirando una película y un partido de fútbol. Nos acercamos y vemos que tiene los ojos cerrados. Tomamos el control remoto para cambiar de canal… ¡y salta! “No, no cambies de canal. Estoy mirando”, te dice.

Que les cuesta ayudar con las tareas domésticas. Muchos hombres le tienen cierta “fobia” a los quehaceres del hogar. Si tu amor es uno de ellos y estás enojada porque nunca hace nada, enseguida saltará diciendo que una vez levantó la mesa, otra lavó los platos y otra planchó sus camisas… Nunca te admitirá que puede y debe hacer más.

Que no son buenos haciendo “cosas de hombres”. No todos los hombres son buenos para instalar bombitas de luz, martillar, usar el taladro, etc. Pero no lo admitirán porque están seguros que son tareas de hombre y que por tanto, sabe hacer sí o sí.

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