“Puta”, “perra”, “gorda”, “fea” y “loca”. Cinco palabras que la gente suele utilizar para hablar negativamente de una mujer. Estos vocablos encierran los peores atributos que de acuerdo a nuestra sociedad puede tener una dama.

Puta, porque no se deja subyugar por las restricciones a su vida sexual que imponen las costumbres, la religión, la ideosincracia o incluso los gobiernos, en algunos casos.

“Perra”, sin ofender a los especímenes caninos hembras, esta palabra suelen usarla para hablar de aquellas mujeres que son más exigentes, incluso agresivas (a veces) o bien muy asertivas. Ahora bien, hay que aclarar que algo que es visto como agresividad en una mujer puede ser algo natural en un hombre, el problema es que viene de una fémina.

“Fea” y “Gorda”. En muchos casos los dicen así, de la mano y en una misma frase y revelan el valor fundamental que da nuestra cultura a la belleza, más que a la inteligencia u otras cualidades. Y es más, se trata de una definición específica de la belleza, y cualquier canon que se aparte de ella es visto como no válido.

“Loca”, en general basta que uno levante un poco la voz para que nos digan “loca”. O bien sólo hay que preguntar porqué fulano terminó con sultana para que te indiquen “por loca” o incluso sirve para referirse a la progenitora de alguien… “es loca”, o a una profesora, o una conductora haciendo tonteras, etc.

La cosa es que más que insultar a la que la recibe esta palabra pone de manifiesto un desmedro de las enfermedades mentales y una visión de las mujeres como enfermas.

Hay que decir que los psicólogos no nos hicieron ningún favor al sembrar la génesis de la palabra “histeria” como asociado a cambios mentales de un individuo que posee útero, o sea una mujer…por tanto histéricas…y por ende locas.

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