Sin embargo, en esa búsqueda se pueden topar con muchos sapos, que en vez de maravillarlas les puede causar una gran desilusión.

El sitio de10.com.mx dice que es que en esta búsqueda existen hombres que a simple vista se ven “normales”, pero no lo son ya que en el trato diario sacan relucir sus defectos.

Hombres con mamitis.

Este tipo de hombres necesitan el consejo de su madre casi para cualquier cosa. Son incapaces de tomar decisiones sin antes hablar con su progenitora.

Transforman sus relaciones en algo secundario y descuidan totalmente a su pareja, la mamá se vuelve parte de la relación y poco se puede hacer.

El hombre sirviente.

Este tipo de hombres son extremadamente serviciales, al principio su caballerosidad es agradable, con el tiempo se convierten en un verdadero dolor de cabeza y estorban más de lo que ayudan.

Los mantenidos.

Algún día esperan tener la fortuna de traer dinero en los bolsillos, se hacen llamar víctimas de las circunstancias. Siempre olvidan la cartera, nunca encuentran el dinero, con ellos las excusas salen sobrando.

Son especialistas para nunca tener que pagar ni un centavo. Se aprovechan del amor de las mujeres para convertirse en zánganos. La “mala suerte” los persigue y esperan que su oportunidad les llegue algún día. Van de relación en relación porque no hay bolsillo que los aguante.

El inseguro

Muy similar al sirviente. Los inseguros apenas pueden creer que alguien los quiera, cuando logran tener pareja, decir “Te Amo” es parte de su vocabulario cotidiano. Son capaces de humillarse con tal de ser correspondidos, no les importa ser pisoteados. Aturden los oídos y nunca saben decir que no.

Los chantajistas.

Su frase favorita es: ¿Ya no me Amas? Manipuladores por excelencia gustan de sacar provecho y obligar a sus víctimas para que actúen de una forma determinada.

Utilizan el miedo, la culpa y la presión como una muestra de su “amor”. En realidad lo único que les importa son ellos mismos y sus propias necesidades, hacen lo que esté en sus manos para cambiar los planes y siempre logran que se les pida una disculpa.

El alma de la fiesta.

Para ellos las fiestas no son exclusivas de los sábados por la noche, es un estilo de vida con el cual se comprometen en serio. Estos hombres son el condimento perfecto de todas las reuniones; nunca pueden faltar y siempre están dispuestos a cancelar los planes (de su pareja) con tal de hacerse presentes.

Los musculosos.

Visualmente atractivos y con una fortaleza mental basada en sus músculos. Pasan horas delante de un espejo contemplando sus pectorales, tienen horarios poco flexibles, su instructor es su guía espiritual. Playeras sin mangas y tennis son el atuendo cotidiano.

El hombre hot.

Sexo y más sexo, todo el tiempo están calientes. Su único razonamiento es pensar de la cintura hacia abajo. Aunque al principio pudiera ser grandioso, esta conducta la aplican con todas las mujeres; así que no esperen ser las únicas.

El macho man.

Estos no buscan una pareja, sino una sirvienta de 24 horas. Son prepotentes por naturaleza, creen que tienen el derecho de controlar la vida y el comportamiento de su pareja.

En un principio son encantadores y dulces, incluso tiende a confundirse con “Amor”, pero en el fondo no tienen consideración alguna por las necesidades, ideas y sentimientos de la mujer. Mucho cuidado con este individuo, se tienen que cumplir siempre sus deseos y caprichos, su reacción puede ser violenta.

El muy obediente.

Estos hombres viven bajo un intenso miedo, son sumisos y abnegados de corazón, no se avergüenzan de recibir órdenes por parte de su pareja y jamás muestran señales de inconformidad hacia ellas, siempre hacen lo que se les ordene, aunque no les guste.

Se vuelven empalagosos y exageradamente complacientes, dejan de ser hombres con tal de tener feliz a su pareja.

El chico presuntuoso.

No han pasado ni 15 minutos de la primera cita y ya te contó que tiene tres propiedades en las Bahamas, tres empresas y un BMW… Se te acerca al oído para decirte que te va a llevar a vivir a París y… ¡Sales corriendo! Creo que todas buscamos a una persona que nos interese porque su charla es agradable, porque hay una química sensacional o porque es sumamente inteligente y atractivo, no porque nos recite su lista de bienes. Más bien, debería mostrar con hechos la lista de cualidades, finalmente nos enamoramos de seres únicos con los que hacemos el tan emocionante “clic”.

El señor celoso.

Cariñoso, divertido y… te quiere como una propiedad. Te llama cada cinco minutos por teléfono, te invade con e-mails y está celoso hasta de tus primos. ¿Crees aguantar a un hombre que no te deje tener más vida más allá de la relación?

Mister conquistador.

Es adorable y es asediado por muchas chicas. Es guapo, seductor y te enamora en un abrir y cerrar de ojos, una vez que caes y ya estás viendo revistas de boda, él ya está ocupado con una nueva conquista.

El chico complaciente.

“Sí mi amor lo que tú digas… Claro, yo quiero la misma ensalada que tú… Sí, veremos la película que tú quieras corazón… Claro, llevaré tu ropa a la tintorería”… Puede ser muy cómodo tener a un hombre que haga todo lo que tú desees, pero, a la vez, puede ser desgastante lidiar con una persona que se olvide de él mismo por complacer al mundo entero. ¿Quieres un novio o una alfombra humana?

El señor mentiroso.

Todos hemos mentido alguna vez. Pero hay de mentiras a mentiras. Si has descubierto a tu prospecto en varias de tamaño extra grande, tienes que dejarlo ya. Este chico puede meterte en muchos problemas y volverte una mujer muy desconfiada.

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