Lo curioso es que todos nos peleamos por más o menos las mismas cosas. No importa que tan “cool” trates de ser, seguramente te has visto al menos en algunas de estas peleas.

Al final haces problemas donde nunca los hubo en primer lugar y lo sabes.

1. No quiero salir

Estás muy cansada aunque sabes que es viernes y él quiere irse con sus amigos pero tú habías pensando pasar la noche viendo esa película que rentaste en el sillón. Él quiere que lo acompañes, pero la mera idea de arreglarte te sobrepasa…

2. La mala influencia

Eventualmente tu pareja tendrá una amistad que por alguna razón no te encante, posiblemente porque es una “mala influencia” que lo induce a hacer cosas que antes no hacía (como salir en miércoles) y que no te encantan. Tratas de ser tolerante pero eventualmente algo te obligará a hacer un comentario que termine en pleito.

3. La fiesta de soltero

Ese día que se fue con el amigo “mala influencia” en miércoles y llegó muy tomado a despertarte para tener sexo porque no se da cuenta de que son las tres de la mañana y en el estado de ebriedad en el que viene no le importa que tengas junta de 7… esas cosas que creíste que no te molestarían, hasta que te afectan…

4. Por qué prefiere (cualquier cosa) a tener sexo conmigo

Las películas, revistas, libros y el machismo en general nos han enseñado a creer que los hombres deben tener ganas de sexo a todas horas, en cualquier momento. La verdad es que así como hay días en que lo único que quieres es ver un episodio más de Grey’s Anatomy antes de irte a dormir, él también puede tener momentos de cansancio, preocupación o simplemente estar muy interesado en pasar ese nivel complicado en su videojuego como para querer sexo.

5. No te puedo leer la mente

Muchos pleitos se deben a malentendidos, y muchos malentendidos se deben a comunicación equivocada (o a nosotras creer que ellos saben que “nada” no significa nada). Seguramente hasta a ti te ha tocado decirlo (los hombres son igual de sentidos).

6. “Siempre hacemos lo que tú quieres”

Bueno es obvio si a la pregunta que el te hace de “¿qué quieres hacer hoy?” le respondes con un “lo que tu quieras, amor” esperando que el adivine lo que a ti te gustaría hacer porque “te conoce y sabe lo que te gusta”. Obviamente si tú no le dices que quieres ir al cine, al teatro o a caminar por el parque él no puede adivinar y su primera opción siempre será algo que a él le gusta. No es su culpa.

7. La imparable

Este es de las peores. Es ese pleito que te hace enojar muchísimo pero a la mitad de la gritadera te das cuenta de que es tu culpa. El problema es que ya estás tan enojada (y ya le metiste tanto esfuerzo a tu argumento) que no puedes de pronto parar el tren y decir “lo siento”. Entonces comienzas a buscar excusas tontas u otros pleitos recientes para justificar el enojo.

8. “Yo siempre, tu nunca”

Generalmente nadie hace todo en una relación, pero hay veces en las que no nos damos cuenta de lo que hace el otro (pero si notamos cada cosita que hacemos nosotros) y esto causa problemas.

9. Dinero

Casi inevitable cuando se trata de cuentas compartidas (¿por qué compraste “no sé qué” carísimo si tenemos que pagar el psicólogo del perro?) y algo que detona otros pleitos en cuentas separadas.

10. El compromiso familiar

Al menos una vez en la vida pasa que alguno de los dos no tiene ganas de asistir a algún compromiso que es más compromiso del otro (como las primeras comuniones). El inevitable “¿no puedes ir tu sola?” para muchas parejas comienza como desde la tercera ceremonia que involucra rituales religiosos.

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