Todas sabemos su importancia pero, a veces, caemos en graves errores en su aplicación. El protector solar no solo cumple la función de cuidar la de los potentes rayos del Sol, sino que también es un gran aliado de belleza para las pues es la mejor crema antiedad. Sin embargo, ya sea por apuro, falta de conocimiento o descuido, no ponemos la cantidad necesaria en nuestro rostro y luego las consecuencias salen a la luz, principalmente con el envejecimiento, manchas y un posible cáncer de piel.

Los filtros solares físicos son los encargados de bloquear los rayos apenas los aplicamos y, por ende, protegen de manera inmediata, siempre y cuando lo hagamos de una manera correcta. Por ejemplo, en el rostro es vital seguir estas indicaciones: siempre se debe poner primero en la mano y luego en la cara, sobre todo cuando se trata de sprays o brumas, ya que pueden entrar en contacto con los ojos.

Es así que es primordial preguntarnos cuánto es necesario poner para proteger de buena manera esta parte de nuestro cuerpo. Verónica Muchnik, dermatóloga oficial de Natura Cosméticos, nos ayuda a entenderlo.

“Es muy importante no escatimar con la aplicación del filtro solar, porque ponerse menos filtro de lo aconsejado aumenta las posibilidades de quemarse. Se calculan 2 miligramos por centímetro cuadrado de piel. Por ejemplo, para la cara, no menos de una cucharada de té. Y no olvidar reaplicarlo cada dos horas”, indicó en declaraciones a El Comercio.

Así como la cantidad, también es vital que tengas en cuenta la fecha de vencimiento de tu protector y un dato que para muchas pasa desapercibido: ¿puedo aplicar el mismo protector solar que usé el año pasado si no lo terminé?

“No. La estabilidad de los filtros no se garantiza una vez cumplido el año de haber abierto el protector. Aunque a simple vista no haya cambiado de olor ni de consistencia, es probable que ya no sea tan efectivo”, agregó.

En esta temporada de verano es básico recordar que el bloqueador solar protege la piel, pero estar expuesto prolongadamente al sol puede ocasionar insolación, que es un trastorno causado por la exposición excesiva. Por eso, es recomendable evitar estar al aire libre en las horas de mayor radiación solar, entre las 10 y las 16 horas, hidratarse bien y no hacer ejercicios intensos si hace mucho calor.