Después del contouring (cómo esculpir perfectamente el rostro), llegó el baking para fijar el maquillaje en el rostro.
La traducción de baking es cocinar, y el término va a la perfección porque debes dejarlo actuar por algún tiempo para que se ‘cocine’ y con el paso del día no se vaya desapareciendo.
¿Cómo se hace?
Muy fácil, consiste en aplicar mucho polvo de maquillaje en la zonas que queremos resaltar: debajo de los ojos, mentón y frente. Déjalo actuar unos 5 minutos. Después extiéndelo con una brocha hasta que quede bien difuminado.
Para las pieles grasas es ideal, ya que aporta una cobertura extra. El resultado es una piel lisa con efecto porcelana.
Esta técnica se ha convertido en la favorita de Kim Kardashian, quien de la mano de su maquillista Mario Dedivanovic logra un look increíble.