Hacer ejercicio. El ejercicio retrasa la muerte de las neuronas y favorece el nacimiento de otras nuevas en el hipocampo, responsable del aprendizaje y la memoria. Mueve tu cuerpo, corre, salta, monta bicicleta o patina. Lo que quieras, pero haz ejercicio.

Comer de forma equilibrada. Ya parece un cliché ¿verdad? pero comer sano no sólo te ayuda a estar en forma y mantener un peso saludable, también es importante para tu cerebro. Está bien que te des algunos gustos de vez en cuando, pero la grasa en exceso lo único que ocasiona es que dañes tu cuerpo (en todo sentido).

Dejar de fumar. Si tus pulmones pierden capacidad (ese jadeo que te impide subir escaleras o caminar a paso rápido cuesta arriba), tu cerebro recibe menos oxígeno, trabaja peor y sus neuronas se resienten. Además claro que puedes sufrir de cáncer.

Aprender un idioma nuevo. Cuando una mujer sabe más de un idioma y tiene la capacidad de hablar en chino, francés, italiano, alemán, japonés o inglés es sexy. Pero además de darte cultura, al aprender idiomas crece el hipocampo, implicado en la memoria y el aprendizaje. Además, el bilingüismo parece contribuir a aumentar la reserva cognitiva, que confiere cierta protección contra la enfermedad de Alzheimer.

12 meses, 12 libros. La lectura es uno de los mejores ejercicios para mantener el cerebro en forma: aumenta la capacidad de concentración, promueve la empatía y favorece las conexiones entre neuronas. Sumérgete entre las letras, las historias, la fantasía, el drama y el romance de los autores. Tienes 12 largos meses para introducirte en los mundos más geniales gracias a los libros.

Cultivar las aficiones. La rutina y la monotonía literalmente matan a nuestras neuronas (no es broma). Puedes viajar, armar rompecabezas, bailar, ir al cine. Lo esencial es mantener el cerebro ocupado.