Para algunas mujeres la idea de la boda ideal puede verse opacada ante una realidad que no esperan: Una unión que no ha cambiado tu vida. Se puede vivir con el objeto de deseos pero ello marca el inicio hacia una etapa nueva, en el que a veces se tiene que lidiar para poder enfrentar lo que se vive

Luego de toda una organización de quizás varios meses, y llegando el gran día, puede sumergir a la novia en la angustia. Algunas mujeres no saben que rumbo tomar luego de preparar una actividad que les demandó tiempo; extrañan los complementos que las hicieron ser el centro de atención: el vestido de novia, el ambiente que refleja la boda y los comentarios amables de los invitados. Hacia un lado más personal, muchas mantienen la idea de que aquella es una unión para toda la vida evitando conocer a otros hombres, con el perfil de la típica ama de casa, que rehusan mantener.

Para enfrentar estas situaciones, hay que mantener como primera medida, que la boda es un momento puntual, una celebración que no fija una situación determinada. La nueva etapa conyugal es una contrucción diaria para forjar equilibrio dentro del naciente matrimonio. Pueden afirmarte que la conviencia no es fácil y se requiere de mucha madurez para enfrentar las adversidades, aunque es imposible retroceder los instantes de conflictos, es aconsejable disfrutar de cada minuto, pasando el tiempo con tu marido y conociéndolo a diario.