En total, fueron 4.700 metros de tafetán, 45 de lino y 5,5 de Chantilly lo que diez modistas emplearon durante cien días trabajando, y gastaron asimismo 150 bobinas de hilo y 1.857 agujas (contarlas debió ser más difícil que encontrar una de ellas en un pajar).

El resultado: un vestido de 2.750 metros de largo, que, al final, se convirtió en una inmensa cola que se elevó por el aire porque la novia abandonó el lugar en globo.