No queremos aguarte la fiesta que hay en tu cabeza: es mejor prevenir que separarse al año. Hazlo segura y consciente de que tienes todos los motivos válidos para casarte y ser feliz, el amor es apenas una de las razones para dar el “sí”.

Factores como la economía, los conflictos del noviazgo, tus metas personales y qué tan bien te conoces, son algunas de las características que requieren de una revisión práctica y juiciosa. Ocho reflexiones necesarias para la futura prometida.

1. ¿Por qué me quiero casar?: Si una de tus primeras opciones es que aborreces la soltería y es momento de atrapar el pez gordo antes de que te quedes vistiendo santos, ya vas por la vía equivocada. Cuando vemos el matrimonio como una meta, seguramente descuidarás tu relación al pasar un par de años.

2. Es momento de ceder: ¿Estás dispuesta a ser condescendiente? Una pareja perfecta no es la que te dice “sí” a todo o el que acepta tus caprichos. Cuando vas a compartir con alguien un espacio que se vuelve común y una vida en pareja, la balanza debe ser equilibrada y requieres de cambiar el chip de “yo hago lo que quiero y a mi manera”.

3. ¿Estás lista para el cambio?: Salir de casa o tener nuevas responsabilidades puede ser traumático para muchas mujeres. Tu nuevo esposo no querrá criar a una niña que no sabe qué hacer con su nueva vida.

4. ¿La cuestión es la química?: Sí y no. Para Ann Smith, especialista de Psychologies Today, la parte más fácil de una relación es la química y no tiene que ver con lo que habrá en el futuro de la pareja.

5. El miedo a estar sola: Cuando la atracción desaparece y hay un querer y eso es suficiente porque aborreces la idea de que nadie se fije en ti, lo más posible es que estés pensando en casarte más por compromiso que por amor.

6. Mirando hacia el futuro: Él puede ser un excelente acompañante a la hora de bailar, al momento de ver películas o un amante ideal en la cama, pero si de proyectar el futuro se trata, las cosas van más allá de hobbies y cariñitos propios del noviazgo.

7. Directo a la yugular: Lista de defectos: Cada quien tiene falencias. ¿Puedes soportar las suyas? Aunque la convivencia es cuestión de negociar, sí es crucial que identifiques aquellas cosas que son llevaderas y aquellas que definitivamente no van con tu estilo de vida.

8. Déjate hablar: Nadie más que tú conoce lo que sientes y lo que vivencias cada día con tu pareja, pero nunca está de más ver los toros desde la barrera. Pregúntale a tu familia, amigos cercanos y gente que te conozca acerca de cómo ven tu relación y cómo perciben a tu novio.