Hacer un álbum de fotos antes de la boda está a la orden del día, y no sólo porque la pareja quiera tener un bonito recuerdo de sus últimos días como novios: la sesión de la ‘preboda’ hace las veces de prueba o ensayo antes del gran día, y sirve tanto para que los novios aprendan a relajarse delante del objetivo, como para que mantengan contacto con el fotógrafo y a la vez, sepan cómo preparar las diferentes escenas y poses frente a la cámara.

Las fotos, que pueden solicitarse en formato digital, como parte del álbum de la boda o a modo de librito, para que los invitados lo usen como un libro de firmas tradicional, suelen tomarse al aire libre y en varios escenarios distintos, recreando los ambientes que quedarán en el recuerdo: en su parque favorito, paseando por una calle que les resulte romántica, a las puertas de una inglesia, etc.

Estas sesiones, que suelen encargarse al menos con un mes de preparación al ‘sí quiero’, son más informales que las que se incluyen en una boda tradicional; para empezar, no hace falta vestirse ‘de etiqueta’, basta con llevar un atuendo cómodo que los caracterice como pareja, aunque nunca está de más incluir accesorios o complementos que puedan encajar en algún momento del shooting.