Una petición de boda suele ser un momento inolvidable aunque no siempre por las mismas razones. Decir que no a una propuesta de matrimonio puede resentir la relación de pareja o llegar a romperla si no se tienen en cuenta los sentimientos del otro y se maneja la situación con tacto.

Haber sido rechazado delante de familiares y amigos puede convertir la felicidad en sentimientos de vergüenza e impotencia. Por su parte, aquel que haya dado la negativa se creerá culpable de la desdicha del otro lo que puede ocasionar problemas de comunicación.

En la actualidad las propuestas de matrimonio públicas se han convertido en una moda que para mucho es “romántica”, pero para algunos otros no es más que un acto de cursilería barata. Aquí recordamos algunos rechazos públicos.

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