Dicen que la paciencia es la madre de la ciencia. Claro que si esperar no es lo tuyo, el larguísimo camino que hay que recorrer hasta llegar al día de tu boda puede convertirse en un verdadero suplicio de llamadas, citas, fechas y pruebas ineludibles. El período para organizar todos los preparativos del día nupcial es entre 12 y 24 meses, aunque hay parejas que, incapaces de esperar tanto, consiguen hacerlo todo en un tiempo récord.

Lo más complicado: poner al día cualquier trámite burocrático indispensable (documentos de identidad, certificados de nacimiento o la instancia para contraer matrimonio civil), un tedioso proceso que puede demorar entre 30 y 50 días. Las bodas exprés, además, se caracterizan por ser más espontáneas que las bodas convencionales: la temporada baja los meses que van de octubre a abril, permiten mayor libertad de movimientos a la hora de elegir emplazamiento, sin tener que pelear por las fechas en la parroquia o el salón para la recepción.

La elección del vestido también está en la mira del tiempo: contando con las visitas iniciales, los ajustes y las últimas pruebas, necesitarás al menos seis semanas para tenerlo a punto. Los talleres de novias y las tiendas suelen ajustarse bastante a los tiempos, aunque nunca está de más llevar una idea preconcebida de lo que andas buscando, para poder acelerar la confección en la caza del vestido. Mirar las colecciones de antemano en Internet, o lleva recortes de catálogos y revistas de novias contigo, ayudándote a marcar un “check” en la casilla del traje de novia antes de lo previsto.

Fuente: Hola.com