Usando todo su ingenio, y sabiendo que su novia esperaba la propuesta para esa misma noche, el joven decidió darle una velada repleta de sorpresas antes de hacer la propuesta.

Primero intentó hacerle creer que estar de rodillas era signo de pedir el “Sí”, pero fue sólo para anudar su zapato.

Luego, en el restaurante donde ambos comieron sushi por primera vez, y ahora pidiendo silencio para hablar algo importante a los presentes, la petición de casamiento tampoco vino.

Por último, la pareja fue a caminar a un parque cercano y, misteriosamente, un trío de músicos se encontraba interpretando la canción que unía a ambos, momento preciso para la propuesta, pero una vez más la sorpresa para Summer fue grande, ya que no le pidieron la unión.

¿Cómo terminó esta noche de sorpresas? Al final él sí le propuso matrimonio luego de “jugarle bromas”. Mira el video.