Llegó la Boda Real de la princesa Magdalena de Suecia y Christopher O’Neill. En la capilla del Palacio Real de Estocolmo, la pareja se ha dado el ‘sí, quiero’.

Una ocasión en la que descubrimos a una de las novias más bellas y elegantes de los últimos años, gracias, sobre todo, a su vestido nupcial, diseñado por Valentino.

Dominio del color azul, pero con matices

Se ha convertido en el color de la ceremonia. En diferentes tonalidades, el azul triunfó por todo lo alto. Eso sí, siempre con matices que le aproximaban a otras tonalidades. Por ejemplo, azul, pero casi morado, era el vestido de la modelo Vicky Andren, primo de la novia-; con detalles grises era el modelo de encaje elegido por la princesa Mette-Marit de Noruega y con luminosos reflejos verdosos, el vaporoso diseño de Tatiana de Grecia.

Tonalidades muy suaves

No obstante, en general, hubo un claro predominio de las tonalidades muy suaves. Los colores muy llamativos perdieron en esta ocasión la partida en pro de una delicadeza cromática que acogía los tonos pastel o ‘nude’ como colores protagonistas. Seguidoras de esta tendencia, nos encontramos a Sofia Hellqvist, novia del príncipe Carlos Felipe de Suecia; a Marie de Dinamarca y a la princesa Marta Luisa de Noruega.

Hombros cubiertos

Con manga corta, como la Condesa de Wessex; con manga larga, como la reina Silvia de Suecia; con chales, como podíamos ver arriba a la modelo Vicky Andren, o con diseños tan originales como el de Charlene de Mónaco: manga larga transparente que se dispone como un chal delicadamente colocado sobre los hombros.

Bordados

El encaje, tal y como has podido ir comprobando, se ha convertido en uno de los géneros de la velada. Y es que los diseños lisos no cautivaron a la gran mayoría. Dentro de esta tendencia, además, pudimos ver creaciones realzadas con brocados y bordados, por ejemplo, de ‘paillettes’ o cristales. Ejemplo de ello son las creaciones de Theodora de Grecia, Stephanie de Luxemburgo y la princesa Victoria de Suecia.