Se cumplen 70 años de cuando la republicana española Margarita Ferrer y el comunista austríaco Rudolf Friemel contrajeron matrimonio después de obtener permiso de las autoridades nazis.

El matrimonio se celebró de acuerdo a la legislación del Tercer Reich y la ceremonia contó con la presencia del hijo de la pareja y del padre y hermano del novio.

La boda supuso un acontecimiento especial en el campo de concentración, donde de manera excepcional el novio pudo dejarse crecer el cabello y acudir a la ceremonia con un traje y corbata cedido por guardias de las SS.

Un prisionero polaco, Wilhelm Brasse, hizo las fotografías del enlace y los novios recibieron una habitación en el bloque 24 para pasar la noche de bodas.

Margarita Ferrer abandonó Auschwitz al día siguiente, la última vez que la pareja se vería ya que meses después Rudolf fue ahorcado después de intentar fugarse sin éxito.

Esta es una historia de amor real en medio del infierno de violencia que se vivió durante la Segunda Guerra Mundial. EFE