Cuando decidimos unir nuestra vida con alguien, deseamos que sea por siempre. Es así que Joanna Schroeder, publicó un artículo para The Good Men Project, donde nos dice 6 cosas que nos gustaría saber antes de casarnos.

1. No existe el amor incondicional hacia tu pareja

Aunque no lo creas, es ¿cierto? Esto es lo que ocurre: tu esposo no es tu hijo, es tu compañero, un adulto igual que tú con quien has decidido pasar el resto de tu vida. No está garantizado que amarás a esa persona cada día y ellos tampoco tienen que hacerlo.

2. Los primeros dos años después de tener un hijo pueden ser los más difíciles de toda su relación. No permitas que ese se vuelva el modelo para el resto de sus vidas juntos.

Sí, un hijo es una de las alegrías más grandes de la vida para las personas que quieren formar una familia. Pero incluso si han querido ser padres todas sus vidas, las cosas se pondrán complicadas cuando llegue ese pequeñito.

Probablemente han tenido años para establecer rutinas y formas de resolver conflictos, y rutinas para volver a conectarse. Pero todo eso se va a ir a la basura ahora.

Las personas te dicen que te asegures de poner tu matrimonio primero –y estoy de acuerdo con eso (obviamente, mientras también tengas de prioridad la salud y felicidad de tus hijos). Pero quiero que sepas que, a veces, el tener un bebé nuevo puede ser terrible. No duermes, tus hormonas están descontroladas, te sentirás muy afectada, y todo tu esquema mental puede cambiar.

3. Tu relación no siempre se tratará sobre el deseo sexual

Lo siento, damas y caballeros, pero por mucho que amen el sexo, no siempre será tan pleno como piensan que lo será. Con el paso de la vida, probablemente se enfrentarán a momentos en los cuales sus libidos no estén sincronizadas.

4. El hacer muchas cosas agradables por tu pareja todos los días traerá una felicidad real a tu matrimonio.

No todo se trata sobre dar regalos o flores o limpiar la casa o tener sexo.

Bueno, a veces sí. Pero también se trata de llamar a tu pareja “cariño” o cualquier apodo que los haga sonreír. Se trata de decirles las cosas buenas que sientes cuando las sientes. Di, “Estoy tan feliz de escuchar tu voz en este momento” o cómprale una galleta que le guste en la tienda y dile “Estaba tan feliz de que tuvieran de estas porque sé que las amas.”

5. Nunca, nunca, seas la persona que no está dispuesta a trabajar o a solucionar un problema en tu matrimonio.

Esta es la verdad que asusta – sin importar cuánto quiera esforzarse una de las partes para solucionar los problemas del matrimonio, y sin importar a cuanta terapia acuda esa persona o cuanto cambie, un matrimonio con fisuras y problemas no sobrevivirá sin que ambos pongan todo de sí mismos.

He visto los matrimonios de mis amigos y familia lograr con éxito sobrevivir a momentos duros, y también los he visto fracasar. Algunos terminaron. Y la mayoría del tiempo, estos fueron aquellos en los cuales solo una persona estaba intentándolo realmente mientras que la otra no.

Las parejas que no hacen el trabajo duro, a veces se debe a que simplemente deciden no hacerlo, pero a veces es por algo mucho más complicado que eso. Quizás no fueron criados para pedir ayuda. Quizás no están realmente interesados en el matrimonio. Por el motivo que sea, se rinden.

6. Nunca discutan sobre quien se esfuerza más: quien se queda en casa o quien sale a trabajar.

El ser padres es mucho trabajo. No importa si eres quien se queda en casa o si eres quien sale a trabajar. Probablemente te estés esforzando de maneras que tu pareja no puede ver. Asume lo mismo de él o ella, también.

Un terapeuta matrimonial una vez nos dijo a mi esposo y a mí, “Nunca comiencen esa discusión. Ambos se esfuerzan. No es un concurso. Nadie ganará aquí.” Y seguimos sin discutir sobre el tema. Puedes negociar las actividades del hogar que cada uno tendrá que hacer, puedes expresar resentimiento sobre el sentir que eres el único que haces algo. Pero no cuestiones lo duro que trabaja tu pareja. Lo esencial: Aprecia el esfuerzo que hace tu pareja, incluso cuando lo puedas ver con tus propios ojos. Dale las gracias.

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