“Mi matrimonio fracasó. No voy a negar que lo pasé muy mal cuando todo sucedió, pero también aprendí mucho de la vida -y de mí misma:”

1. Soy fuerte

_“Me di cuenta de que es cierto que lo que no te mata te hace más fuerte. Y a veces sólo necesitas empujarte al límite de lo que crees que puedes soportar para darte cuenta que eres lo suficientemente fuerte como para seguir con tu vida y vivir bien.”

2. Mi familia y mis amigos tienen razón

“A mi familia y a mis amigos nunca les gustó mi ex. Lo toleraban y eran lo suficientemente amables como para mantener sus bocas cerradas gran parte del tiempo. Sin embargo, en cualquier momento en el que les pedía su opinión, confesaban sus preocupaciones. Los ignoré, y me equivoqué. La próxima vez que tengan dudas sobre alguien con quien salga, escucharé abiertamente.”

3. El amor nunca muere realmente

“Sólo cambia. Se transforma en algo menor, algo que no puede durar para toda la vida -o ni siquiera una hora más. Sin embargo, nunca se va completamente. Ahora no puedo imaginar pasar mi vida con mi ex, nos hubiésemos destruido el uno al otro y hubiésemos terminado con la felicidad que sentíamos. Pero debido a que es una persona por la que siento mucho afecto, realmente quiero que sea feliz.”

4. La única forma en la que puedes vivir bien contigo mismo es sin lamentarte nada

“Me pone triste cuando la gente dice que se arrepiente de relaciones y experiencias pasadas. ¿Me gustaría poder presentarme como una persona de 28 años, a punto de cumplir 29, que no es divorciada? Bah. Claro que sí. Pero no me arrepiento de mi matrimonio, del amor que alguna vez sentí por mi esposo, de la persona en la que me convertí o de la forma en la que me preparó para mi siguiente relación. ¿Cómo podría arrepentirme de los pasos que me trajeron hasta aquí? No importa a lo que te enfrentes, deberías permitir que eso te haga más fuerte y mejor persona.”

5. Alguien me verá por quién soy

“Cerca de la época en la que me encontraba guardando mis cosas para irme, mi talla de sostén cambió y justo coincidió con una venta especial en Victoria’s Secret. Así que compré varios sostenes que me quedaran bien y un corsé. Cuando llegó el paquete, saque cada ítem de la caja y justo entró mi ex esposo a la habitación. Apenas vio el corsé dijo: “¿A quién piensas mostrarle eso?” Todavía no sabía quién me vería con eso puesto, pero esperaba que algún día existiese alguien que me viera con él. Y que ese hombre me viese como una mujer generosa, amable y aventurera. Mi ex no podía ver nada de eso porque estaba cegado por todas las emociones negativas que acompañan al divorcio. Pero estoy feliz de no haberlo escuchado y de haber escogido creer que existiría alguien mejor para mí. Al final, yo tenía razón.”