Ir al altar con la persona que amas es un paso muy importante en la vida de toda persona, por eso, antes de dar el “Sí” es necesario que estés segura y convencida de lo que piensas hacer. Uno de las preguntas que ronda por nuestra cabeza es si llegaremos a divorciarnos o llegaremos a estar juntos hasta envejecer.

Es normal que nos invadan los nervios pero también la ilusión de que nos casaremos hasta que Dios nos separe, pero ¿realmente será así? Sin ánimo de desilusionarte y más ayudarte a estar más seguro de tu relación de noviazgo, es necesario que leas estos 11 terstimonios publicados en Huffington Post sobre parejas que terminaron divorciándose. La experiencia de estas relaciones te ayudará a evitar cometer los mismos errores en tu matrimonio:

1. Ella no se podía imaginar teniendo hijos con él

“Me di cuenta que no confiaría en él para que cuidara de los hijos que podríamos tener algún día. Y luego me di cuenta, si me sentía así, ¿por qué confiar en él para estar conmigo?”

2. El matrimonio prácticamente no tenía pasión

“Tuve un matrimonio cómodo y “lindo” durante 11 años. No estoy seguro de si alguna vez fuimos apasionados, pero al final, éramos mucho más como buenos compañeros que como pareja. Luego ella tuvo un romance con un colega y me di cuenta que ya no estaba enamorado ni feliz.

3. Realmente sí se distanciaron

“Estuvimos casados por 8 años. Creo que ambos sabíamos que no era para siempre. La amaba profundamente y ella a mí. Sin embargo, siempre hubo algo que no podíamos darnos el uno al otro. Simplemente nos distanciamos y caímos en una brecha que nunca se cerraría. No me arrepiento del matrimonio. Tengo dos hijas maravillosas. Todavía somos buenos amigos y hablamos todos los días. Todavía paso las fiestas con su familia a pesar de que ella está en otra relación. También me llevo muy bien con él.”

4. Ella fue infiel

“Supimos que no podíamos tener hijos sin la ayuda de la ciencia, lo que saldría carísimo. Ella no pudo lidiar con eso, y tomó el asunto en sus manos y se quedó embarazada de otra persona”.

5. Se casaron muy jóvenes

“Era muy joven (me casé a los 23 con un hombre de 30 años) y simplemente no pudimos hacerlo funcionar. Nos convertimos en personas diferentes de las quien éramos cuando nos conocimos por primera vez y tuvimos una ruptura bastante amigable. Uno de nuestros problemas principales era que no habíamos discutido el futuro como se debe. Ninguno estaba ‘equivocado’, simplemente no éramos la persona correcta para el otro”.

6. Él era muy dependiente de ella

“Durante los 10 años que estuvimos juntos él nunca mantuvo un empleo por mucho tiempo. Al principio, creía en sus excusas e intentaba ser comprensiva. Pero luego se volvió demasiado. Yo llegaba del trabajo a las 11 p.m. después de haber salido de casa a las 7 a.m., y él demandaba la cena. Nunca lavó la ropa ni limpió nada. Pasaba todo el día jugando videojuegos y consumiendo nuestra MI cuenta bancaria. Finalmente fui inteligente y me fui.”

7. Se dieron cuenta que se casaron por las razones equivocadas

“Nos divorciamos porque nunca debimos habernos casado en primer lugar. Pero queríamos ‘el sueño’. Es increíble a cuántas personas de mi generación esto les sucede. Afortunadamente, nos dimos cuenta nosotros mismos antes de involucrar a niños”.

8. Él no podía confiar en ella

“Por una parte, por falta de confianza (de mi parte). La pillé en demasiadas mentiras y terminaba dudando todo lo que me decía y no me decía. Ella se aburrió y me dejó”.

9. Ella ya no podía aguantar las críticas

Ya no queríamos las mismas cosas y me cansé de ser criticada constantemente. No creía que el compromiso del matrimonio exigiera sentirme inservible”.

10. Él quería terminar por el bien de los niños

“Me casé con ella cuando era joven y mi madre recién había fallecido. Sentía que necesitaba a alguien. Fue un matrimonio de conveniencia. Le pedí terminar el matrimonio cuando los gemelos sólo tenían 3 años, porque sentí que cuando fueran mayores los afectaría demasiado y no sería capaz de irme. Estoy muy feliz de haberlo hecho.

11. Ella maduró. Él no

“Éramos incompatibles en un nivel emocional. Tenía la esperanza de que madurara. No lo hizo. Era la misma persona con la que me casé 15 años atrás. No supo evolucionar”