El acto repetitivo de una acción, siendo una constante, se convierte en un patrón. Algo que, con el tiempo, evoluciona a ser nuestro “juicio” para denominar a algo “real” o “bullshit”.

Les pongo un ejemplo: cuando tu mamá te encontraba viendo televisión de chibola, te preguntaba si habías hecho todas tus tareas. Si tú habías cumplido con tus “responsabilidades” (que no son lavar, planchar, cocinar, trapear, etc… solo es ESTUDIAR) podías seguir viendo tu programa favorito sin ningún problema. Pero si no la habías hecho y tu mamá se entera, te manda a “cumplir con uno de los únicos deberes que tienes como hija” y te castiga. 1 semana sin salir a jugar.

Bajo esa experiencia, tú puedes optar por: (A) dejarte de cojudeces y ponerte a estudiar, o (B), te rebelas y dices que no se te da la regalada gana de hacerlo y como “eso nunca te va a servir en la vida”, no lo harás.

Con nuestras relaciones, pasa exactamente lo mismo (lamentablemente).

Tengo por entendido que el amor tiene diferentes etapas, tales como: enamoramiento y no sé qué más… pero si toda la vida, después de todo lo bonito… siempre tienes malos resultados, empiezas a pensar que “todos los hombres son iguales”, “unos perros”, “malditos insensibles que no me saben valorar”.

Es cierto que la gran mayoría de los hombres, son unos ¡”$%&cuchumilinsultos, pero no todos son así. No podemos permitir que justos paguen por pecadores… pero el problema es: ¿y si confiamos en los que aparentan ser “justos” y realmente son unos “pecadores”… y nos cagan?

Lamentablemente, eso pasa. Le pasó a nuestros antepasados, te pasa a ti, le pasa a tus amigas, me pasa a mí, le pasa a todo el mundo. Todos en algún momento hemos tenido el corazón roto.

Pero… mujer/hombre, no porque unas cuantas personas no te hayan sabido valorar, vas a desvalorizarte tú. Y la única forma de saber si es que vale la pena o no, es la famosa paradoja del físico Erwin Schrödinger: “La paradoja de Schrödinger” o también conocida como “Experimento del gato Schrödinger”.

Con esto quiero decir, que la única forma de saber si es “bullshit” o “real”, si vale la pena o no, cuando hablamos de “amor”, es confiando.

Qué chuuuuucha si alguien te decepciona, lo importante es que tú no te decepciones a ti misma. Además (y esto se aplica en todo, no solo en el amor), no renunciemos a algo que realmente queremos. Es difícil volver a creer, entregarte y no tener miedo, pero más difícil es lamentarnos de no haberlo hecho.

Nota: A la primera payasa que utilice esto como excusa para permanecer dentro de una relación tóxica/dañina/asesina, le cae un quechi.