“El Remember”:

Dícese del acto sexual que “aflora” entre dos personas que en algún momento han sido pareja o han estado cerca de serlo. Relación de la cual, uno de los dos (él/ ella) o ambos, salieron hechos ¡”•$%& de tanta pelea y discusión pero… por alguna razón, algún misterioso juego del destino y/o química, no pueden separarse. Siempre se buscan y terminan teniendo un… “remember”

Es “rico”, porque ambos conocen qué es lo que le gusta al otro pero, como acto siguiente al “acto” ya mencionado, valga la redundancia, ambos se quedan echados sin saber qué hacer o qué decir.

Sin saber qué son o qué demonios serán al día siguiente. Sin saber qué es correcto sentir o no sentir. El remember, confunde sentimientos y genera daños a gran escala en nuestra salud psicológica.

Los remembers tienden a despertar ilusiones. Cuando ambos o uno de los involucrados aún tienen en estado “zombie” o si quiera presente, la esperanza de que “podrían” en un futuro volver a ser una pareja.

Este “encuentro” logra avivar la fantasía, sembrar posibles desequilibrios after sex y desilusiones (jodidamente dolorosas)

Tú: ¿Y ahora… qué somos?

Él: No sé, pero estuvo rico, ¿no?

Tú: Sí, te extraño ¿sabías?

PAUSA

TE JODISTE. Volviste a caer ante la misma piedra y esta vez, no solo te caíste, sino que te la comiste y lo que sigue, va a ser muuuuuuuuuy difícil de digerir.

PLAY

Él: Pucha… tú sabes que te quiero/amo, pero esto fue un error, no me arrepiento pero es mejor que no lo volvamos a hacer. Yo sí siento algo por ti, pero es mejor que no volvamos a lo mismo. No quiero hacerte daño.

PAUSA

TE CAGASTE. Te lanzaste a una piscina vacía y lógicamente, te sacaste la ¡”$%&.

¿Por qué los remembers (la mayoría de veces) son dañinos?

Porque si al hacerlo, intentas volver al pasado y que todo sea “como antes” cuando ya nada será igual… lo único que estás haciendo, es meter el dedo a la herida y echarle 2 litros de alcohol; mientras tu dignidad trata de reventar las puertas de tu cerebro y te dice que no lo hagas porque solo te haces daño a ti misma, tú te pones los audífonos y le das REPLAY a una canción masoquista, que lo único que hace, es atrasarte y dañarte.

Creo que todo se basa en que no debemos hacer aquello que nos incomode, pero tampoco deberíamos hacer aquello que por más que sea un antojo (a veces, muy fuerte), el 99% de las veces que lo “satisfacemos” (remember time!) es asesino, ya sea a corto o largo plazo.