Es una de esas noches en las que empiezas a recordar toooodo lo que has hecho y tus sueños . Haces una lista mental de lo que te gusta y no te gusta de tu actual vida y de cómo te gustaría ser más adelante. Todo bien, hasta que… FUUUUUUUUCK, NOOOOOOOO! Te acuerdas de “él”: tu ex .

La primera copa/vaso

Te introduces, sorbo a sorbo, en un cuestionamiento asesino. Empiezas a preguntarte qué fue lo que pasó, en qué te equivocaste, por qué es que él fue así contigo, si tú siempre diste todo de ti para que la relación entre tú y el funcione.

La segunda copa/vaso

Empiezas a sentirte un poco triste por todo lo que tenían y lo que habían planeado hacer a futuro. Recuerdas todos esos momentos tan divertidos y feeling. Te pones tu vestido negro interno (de nuevo) y te declaras “de luto” por algo que nunca pasó, una fantasía que, por más bonita que pudo ser imaginarla, no existe.

La tercera copa/vaso

Te deprimiste por completo. Cambiaste la música relajante por canciones despechadas y/o sufridas. Empiezas a cuestionarte una vez más, pero esta vez, con lágrimas incluidas.

La cuarta copa/vaso

Te enfureces. ¿Quién se cree que es ese “peor es nada”, ese pedazo de cochinada , ese rata de dos patas, ese que tus amigas te advirtieron que era un pendejo?

La quinta copa/vaso

Tu rabia alcanza niveles radioactivos y se te da por llamarlo. Tu forma de hablar se ha visto comprometida por todo el trago que has consumido sin comer antes y…. con tu historial de ser polla, a las justas puedes pronunciar una que otra palabra.

La sexta copa/vaso OPCIÓN 1

Lo llamas, dices huevada y media que se te olvidó en el preciso instante en el que las palabras abandonaron tu boca, pero lo único que se te viene a la mente es que es un “imbécil” por todo lo que te hizo y que merece que alguien le ponga el pare.

La sexta copa/vaso OPCIÓN 2

Te muerdes la mano y no lo llamas. Una de las últimas neuronas sobrevivientes decidió no suicidarse con tus ocurrencias y mandó la señal precisa a tu cerebro para que reacciones; haces un llamado, pero no a él… sino, a tu dignidad.

La séptima copa (SI LO LLAMASTE)

Te arrepientes de tus pecados. Te das cuenta de la burrada que has hecho y decides dejar el trago de lado. Llamas a tus amigas y les cuentas tu lapsus brutus. Te dicen “ya fueeeeee”, que no hay nada que puedas hacer… pero que no se te ocurra cometer el mismo error (por 15ta vez).

La séptima copa (SI NO LO LLAMASTE)

Te aplaudes a ti misma. Has logrado cerrar el círculo vicioso y controlarte. A pesar de tu estado “pasadito de tragos”, pudiste “no llamarlo”. ¡BRAVO!

Si lo llamaste y nuevamente, estás arrepentida, recuerda que, no importa quién te haya defraudado o decepcionado, lo verdaderamente importante es que ESTA VEZ, no vuelvas a hacerlo y des un paso hacia adelante. Te lo mereces.

Si no lo llamaste y venciste a la tentación: aplausos para ti. Date el crédito que mereces por haber cerrado un círculo vicioso, dándote a ti misma la certeza de que la próxima vez que decidas “tomarte un tiempito” para ti, con tragos incluidos (o no), probablemente si se te antoja llamar alguien, no será a tu ex ;)