Para lucir ese vestido blanco, que más que pegado, parecía adherido a la piel, no sólo hay que tener una gran autoestima, sino, sobre todo una espléndida figura.

Gwyneth fue escogida como la mejor vestida de la noche de los Oscar 2012, su vestido blanco impecable de Tom Ford, acompañado con una capa que la hizo lucir elegante y el peinado sencillo y clásico fueron los incredientes perfectos para ser la mujer con más estilo.

Pero además de Tom Ford, Paltrow tiene que agradecerle ese galardón a su personal trainer, Tracy Anderson, que a punta de ejercicios diarios, rutinas de horas y dietas lograron que la actriz luciera espectacular la noche del domingo.