Muchas veces escuchamos hablar a nuestros amigos, compañeros de trabajo, familiares sobre recomendaciones para optimizar la práctica del ejercicio, información que resulta muchas veces del sentido común más no de un estudio fisiológico del cuerpo en ejercicio.

La deportóloga Cynthia Mendoza del Club Médico Deportivo Bodytech, señala algunos mitos que se han tejido entorno a los ejercicios.

El abdomen se reduce solamente con ejercicios abdominales y fajas.

El ejercicio exclusivo de una zona corporal no modifica la cantidad de grasa presente en el sitio. La quema de grasa requiere ajustes hormonales que ocurren simultáneamente cuando se realiza ejercicios combinados (actividades cardiovasculares junto con ejercicio de fuerza en grupos musculares grandes). Las fajas tienen características de modificar distribución de las células grasas bajo la piel, como lo hace un cinturón, pero no estimulan la quema de grasa. La sudoración local no tiene ningún impacto sobre la quema de grasas.

La grasa se endurece con las pesas.

No es cierto. El tejido graso tiene fibras de tejido conectivo, que están sujetas a la capa muscular subyacente. Cuando esos músculos están flácidos, la grasa no tiene suficiente soporte y parece blanda. Una vez que se fortalecen los músculos, las fibras de soporte se tensan, lo que le da a la grasa una apariencia más firme, pero sin modificar su composición interna.

Sin complementos proteicos es imposible aumentar la masa muscular.

Contrario a lo que se cree, las proteínas de la dieta sí pueden aportan la suficiente cantidad de aminoácidos parea aumentar la masa muscular. Claro, en algunos casos, se incluyen los complementos proteicos para mejorar el aporte nutricional si el practicante no puede modificar su dieta o cuando sus requerimientos son mayores.

Las pesas están prohibidas en las personas hipertensas.

Falso. Al mejorar la fuerza muscular usando programas de baja intensidad, se pueden tolerar mejor las actividades cotidianas que implican levantamiento de cargas, y a la vez mejoran la circulación hacia los músculos, lo que ayuda a reducir el esfuerzo cardíaco y los niveles de tensión arterial.

Hay que hacer ejercicio en ayunas para perder peso.

Esta práctica nunca es recomendable. Se requiere un aporte mínimo de calorías provenientes de los alimentos para comenzar el ejercicio, pues en ayunas se incrementa el riesgo de deshidratación, hipoglicemia o mala tolerancia al esfuerzo.

Las personas con osteoporosis no deben hacer ejercicio ni de fuerza ni de impacto.

Evitar las pesas es un error, ya que el hueso necesita del músculo para poder mantener un nivel óptimo de densidad mineral y calcificación. Se pueden agregar ejercicios de fortalecimiento con cargas progresivas, para controlar el grado de impacto aplicado y facilitar la ganancia paulatina de fuerza muscular.

El único horario adecuado para hacer ejercicio es en la mañana.

Aunque las reservas energéticas y la sensación de descanso son evidentemente mayores en la mañana, también se tiene menor velocidad de reacción y las estructuras osteomusculares están “frías”, lo cual mejora en el transcurso del día con las actividades cotidianas. Así que cualquier hora es adecuada.

Las mujeres no deben hacer pesas para evitar la hipertrofia muscular.

Las mujeres tienen por naturaleza menos masa ósea y muscular que los hombres, así como un perfil hormonal diferente. Uno de los beneficios de las pesas en mujeres es que ayudan a incrementar su metabolismo, el cual depende del músculo tonificado, lo que les permite quemar más caloría en reposo y emplear con mayor rendimiento la grasa corporal.

El ejercicio solo le sirve a los jóvenes.

Falso. Los beneficios del ejercicio son innumerables, ayudando a combatir problemas como la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardiacas, el cáncer, el asma, la osteoporosis, la demencia, la artritis y artrosis, y la epilepsia, entre muchas más. Por supuesto, se requiere una valoración inicial para determinar el tipo de programa que le conviene.

Sin dolor, no hay ganancia.

Las recomendaciones para la práctica del ejercicio nos dicen que durante su práctica se debe se sentir esfuerzo físico pero en ningún momento dolor, pues esto nos indicaría que la ejecución es inadecuada, que las cargas aplicadas no son las correctas o que tienen una lesión preexistente. Tampoco debe de persistir el dolor luego del ejercicio, en este caso debe consultar con profesionales del ejercicio.