Kerri Dowdswell tiene 23 años y una rara dolencia que los médicos no terminan de identificar. Al parecer, un par de veces por semana y sin saber por qué, después de comer normalmente se le hincha la barriga hasta el punto de que quien no la conoce se pregunta si está embarazada, informa Dayli Mail.

Cuenta Kerri que no es doloroso, pero sí incómodo. Se ve obligada a llevar pantalones premamá si sale a comer o a cenar fuera de casa, tiene que saltarse las comidas si queda para ir de fiesta porque no es plan de ir como si estuvieras a punto de dar a luz y nunca sabe cuándo le va a pasar.

Kerri sospechando que podría ser de la comida, fue eliminando parcialmente distintos alimentos de su dieta. Los médicos continúan tan desconcertados como ella.

Por ello decidió que iba a comer lo que le gustara (y eso hace), sin pensar en qué comida podría estar provocando esa barriga que no consigue rebajar con ejercicio.