1.- Realizar ejercicio de manera periódica, por medio de una rutina de 30 minutos diarios, sí podrás trabajar de mejor manera la grasa almacenada.

2.-Haz un cambio a los malos hábitos alimentarios, realiza mínimo las tres comidas al día con un espacio no mayor de 6 horas entre cada una.

3.- Puedes agregar dos refrigerios en los que incluyas verduras y una pequeña porción de proteínas no mayor a 40 gramos.

4.- Introduce a tu alimentación suplementos como la lecitina de soya, vinagre de manzana, coenzima Q10, que ayudaran a un mejor trabajo de todas tus células, especialmente las del hígado, encargadas de la transformación de las moléculas de grasa en energía.

5.-Contrarresta el consumo de grasas de tu dieta; puedes realizar comidas casi sin aceite. Para la hora del almuerzo puedes introducir una cucharadita de aceite para aderezar tus ensaladas, o darle un poco más de sabor una pequeña rebanada de palta por las noches.