La ausencia de la menstruación, unida a otros primeros síntomas, como son una mayor sensibilidad en el pecho, dolores de cabeza o calambres, así como las consabidas naúseas, suelen ser el primer detonante antes de enfrentarnos a esta sencilla prueba de orina, que puede llevarse a cabo en casa, o bien en el médico o centro de planificación familiar.

El test de embarazo suele realizarse unos días después de la primera falta, aunque no siempre es igualmente eficaz, ya que la hormona hCG, característica del embarazo, no suele detectarse hasta, al menos, dos semanas después de la fecha de concepción.

La concepción se produce hacia el momento de la ovulación, cuando el óvulo sale del ovario, y tiene lugar aproximadamente hacia la mitad del ciclo menstrual.

Es por este motivo que, muchas veces, la prueba pueda dar un falso negativo las primeras veces que la llevemos a cabo en casa: bastará con volver a repetirla pasados unos días para determinar la eficacia del resultado. Eso sí: una vez la prueba es positiva, no hay margen de error. Existen los falsos negativos, pero no los falsos positivos.

Asimismo, es recomendable realizar el test a primera hora de la mañana, cuando la orina está más concentrada, y por tanto puede ofrecer una mayor posibilidad de detectar la presencia o no de la hormona.