Para encarnar este rol, Agnes no sólo exploró en la vida de la controversial sex symbol, además debió pasar de una modesta copa B de busto a nada menos que una exhuberante DD. Lo sorprendente, es que lo hizo sin ningún tipo de cirugía.

Según reveló The New York Post, Bruckner utilizó prótesis diseñadas por el tres veces ganador del Oscar, Greg Cannom, las cuales fueron aplicadas por los experimentados maquilladores Todd McIntosh y David De Leon.

Los milagrosos postizos hechos con silicona lucen totalmente naturales y gozan de total movilidad, dijo McIntosh, quien contó que incluso en una de las escenas la actriz pudo bailar en topless con ellos sin que se vieran falsos.

Para Bruckner, quien se ha describe a sí misma como “plana”, usar las prótesis fue una extraña experiencia.

“No podrían verse más reales”, señaló la joven, agregando que “Fue tan extraño usarlos por primera vez. Yo estaba ahí en topless, pero en realidad era como si tuviera una camisa, porque no había nada mío expuesto”.