Dolor de cabeza. Este dolor es una de las más clásicas y, en general, una de las excusas más usadas para no tener intimidad. Aunque las endorfinas que liberamos durante el acto sexual alivian el dolor de cabeza.

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Hipo. A la lista de tomar agua al revés y de “hacer que te asusten” se le suma una nueva técnica para acabar con el hipo: mantener relaciones sexuales. Ellas estimulan el nervio vago y espantan a este tedioso invitado en un abrir y cerrar de ojos.

Síndrome premenstrual. En los días más dolorosos, activar tu vida sexual puede ser una gran alternativa para hallar algo de bienestar. ¿Por qué? Los químicos que se liberan durante el orgasmo representan un analgésico natural de lo más efectivo.

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Depresión. Mantener relaciones sexuales no solo contribuye a erradicar muchos dolores físicos: también ayuda a tratar las aflicciones mentales. Primero que nada, durante el orgasmo se liberan endorfinas y oxitocina, las hormonas del bienestar. Por otro lado, se ha probado que el semen potencia el buen humor y previene la depresión.