Durante sus 60 años de reinado, la soberana ha visitado más de 100 países y, de paso, ha perfeccionado el arte de la representación regia manteniendo la calma bajo presión.

No importa lo cálido o húmedo que sea el clima, nadie ha visto jamás la más mínima gota de sudor en la frente de la soberana inglesa. Y la razón no es otra que la reina Isabel, según su diseñador Stewart Parvin, es generalmente “una persona fría”, además siempre lleva ropa ancha y fibras cien por cien naturales.

Que hace un viento huracanado, la reina Isabel ni se despeina debido a una exclusiva loción, ni tampoco se le levantará la falda por encima de la rodilla a la salida de un coche: no se le vuela, no porque introduzca un peso de plomo en sus dobladillos, sino porque todos sus vestidos y trajes tienen enaguas que no lo permiten.

¿Qué lleva en el bolso?

El bolso de Isabel II guarda lo fundamental: un pañuelo, una barra de labios, un pequeño espejo y una copia del programa del día, pero una de sus damas de honor lleva lo que se conoce como la Bolsa Marrón con todo lo necesario en caso de emergencia: pares de medias de repuesto, guantes, edulcorantes y un pañuelo húmedo con aroma a lavanda en caso de calor extremo.